Tras el impacto del huracán David a finales de los 70, la organización ha intervenido a más de 90 mil familias de 150 comunidades de la República Dominicana, ofreciendo ayuda humanitaria en tiempos de crisis y potenciando el desarrollo integral de comunidades desafiadas por la pobreza, injusticia y marginación.
SANTO DOMINGO.- En la celebración de sus 45 años de trabajo social en el país, la organización cristiana FH Dominicana anuncia cambios esenciales en su modelo de intervención, pasando de un enfoque en síntomas a un modelo de respuestas sistémicas que buscan abordar las causas profundas que perpetúan la pobreza en República Dominicana, con un enfoque especial en el desarrollo integral de la juventud.
“Estamos cambiando la manera en la que intervenimos en las comunidades. Yendo más allá del abordaje de los síntomas de la pobreza hacia un enfoque de trabajar las causas raíz de la misma. Estaremos trabajando directamente con nuestros socios comunitarios jóvenes porque nadie mejor que ellos para encontrar las soluciones para mejorar su entorno y su sistema de vida”, expresa Rocío Cruz, directora país.
Este cambio en la perspectiva de trabajo de la organización responde a la evidencia sobre el impacto a largo plazo del desarrollo de niñas, niños, adolescentes y jóvenes en la sostenibilidad y el progreso de las comunidades, así como al rol crucial de la educación en la generación de fuentes de ingreso y la creación de activos.
“Después de décadas de intervención en estas comunidades, hemos observado la importancia de enfocar nuestros esfuerzos en fortalecer la participación social de la población más joven. Creemos que este enfoque es fundamental para establecer bases culturales sólidas que promuevan una visión de futuro próspero, equitativo y pacífico; y para romper patrones negativos que perpetúan la pobreza, injusticia y marginación en los sectores más vulnerables de nuestro país”, añade Cruz.
FH Dominicana interviene en las comunidades más vulnerables del país en los aspectos de salud, educación, suministro de agua, saneamiento, medios de vida, reducción de riesgos y desastres, proyectos de infraestructura y atención en situaciones de emergencias. En esta mediación, se benefician actualmente a más de 95 mil personas y más de 30 mil familias de 80 comunidades distintas.
La organización actualmente impacta de forma directa en tres áreas geográficas a nivel nacional: el Programa Área Zona Norte, que opera en Monte Plata; el Programa Área Zona Fronteriza, que se desarrolla en Elías Piña y El Cercado; y el Programa Área Zona Urbana, que abarca Santo Domingo Este y La Victoria. Próximamente, busca expandir sus actividades a San Luis (Santo Domingo Este), Dajabón, Independencia, Pedernales, Hato Mayor y El Seibo.
A nivel global la organización Food for the Hungry, ha brindado ayuda a más de 10 millones de personas en 18 países en tres continentes durante los últimos 50 años. “Creemos que el arduo trabajo realizado por FH en República Dominicana ha marcado una diferencia significativa en la calidad de vida de las comunidades y en el bienestar de las personas a las que impactamos positivamente.”, destaca George Schutter, Jefe de Operaciones Financieras de Food for the Hungry.
Transformando vidas desde 1979
En el tema educación, FH Dominicana ha destacado por sus centros de estimulación temprana Caritas Felices, los programas Escuelas para Padres y Escuelas Vocacionales y la creación de bibliotecas comunitarias. Recientemente en 2023, estableció el programa EduLabs a partir del cual se crearon laboratorios tecnológicos de robusta conectividad dentro de escuelas públicas con objetivos de alfabetización digital para niños, jóvenes y adultos.
Esta notable labor de la fundación en el tema de educación ha permitido que cientos de niños y niñas de comunidades vulnerables ingresaran al sistema escolar dominicano con mayores herramientas de aprendizaje y hayan mejorado su rendimiento escolar. La misma se extiende a los programas de emprendedurismo, mediante los cuales la fundación genera capacitaciones para la generación de ideas de negocio y enlaza a los comunitarios con organizaciones que puedan financiarlas.
En cuanto a los medios de vida, ha intervenido brindando asistencia técnica, entrenamiento y recursos para el desarrollo de la producción agrícola en áreas rurales vulnerables y para impulsar la propagación de huertos familiares. En la mayoría de las comunidades, ha establecido además centros agrícolas experimentales, para asistir a las familias en la tarea de mejorar la producción de sus rubros agrícolas y a enfrentar escenarios adversos como la escasez de lluvia.
Al mismo tiempo, ha liderado decenas de importantes proyectos de infraestructura para la purificación y la distribución de agua apta para el consumo humano, sistemas de riego agrícola, y establecido centros comunales destinados a eventos sociales y culturales propios de las comunidades. Gracias a estas intervenciones, aproximadamente 240 mil personas ahora tienen acceso a agua potable.