La tribu Marubo, en Brasil, se dividió luego de tener acceso a internet satelital por medio de Starlink, de Elon Musk, luego de que los jóvenes se volvieran adictos a las redes sociales y a la pornografía.
A la aldea, de 2 mil integrantes en el río Ituí en lo profundo de la selva amazónica, le donaron 20 antenas; sin embargo, han aparecido problemas. “Cuando llegó, todos estaban felices”, dijo Tsainama Marubo, de 73 años, al “The New York Times”. “Pero ahora las cosas han empeorado”.
“Los jóvenes se han vuelto flojos debido a internet”, explicó. “Están aprendiendo las costumbres de los blancos”.
Otro miembro de la tribu, Alfredo Marubo (todos los habitantes usan el mismo apellido), declaró que muchos hombres jóvenes de Marubo han estado compartiendo videos porno en chats grupales y ya ha observado un “comportamiento sexual más agresivo” en algunos de ellos.
“Nos preocupa que los jóvenes quieran probarlo”, dijo sobre los actos sexuales a los que de repente se vieron expuestos en la pantalla.
“Hay adolescentes pegados a sus teléfonos”
Además, según el Times, hay “adolescentes pegados a sus teléfonos, grupos de chat llenos de chismes, redes sociales adictivas, extraños en línea, videojuegos violentos, estafas, información engañosa y menores expuestos a pornografía”.
El Times recordó que “desde su entrada a Brasil en 2022, Starlink ha conectado a la selva tropical más grande del mundo, y ha traído internet a uno de los últimos lugares de la Tierra que permanecían sin conexión”.
Tsainama Marubo dijo que internet trajo claros beneficios, como videochats con seres queridos que están lejos y tener llamadas de auxilio para las emergencias. “Pero ahora, las cosas han empeorado”, dijo.
En los últimos tiempos, los jóvenes han perdido el interés por hacer un tipo de tinturas y joyería, aclaró.
Sin embargo, pidió: “Pero, por favor, no nos quiten internet”.
Por otro lado, ahora los jóvenes sueñan con viajar por el mundo, mientras que otros dijeron que aspiran a convertirse en dentista en São Paulo.
Otro habitante, Enoque Marubo, declaró que el internet “cambió tanto la rutina que fue perjudicial”, afirmó. “En el pueblo, si no cazas, pescas y plantas, no comes”.
“Algunos jóvenes mantienen nuestras tradiciones”, añadió TamaSay Marubo, de 42 años. “Otros simplemente quieren pasar toda la tarde frente a sus teléfonos”.
Por adicción, implementan acceso limitado a internet
La gente de las tribus se volvió tan adicta que los líderes de Marubo implantaron acceso limitado a internet durante dos horas cada mañana, cinco horas cada tarde y todo el domingo.
Alfredo lamentó que “todos están tan conectados que a veces ni siquiera hablan con su propia familia”, dijo, temiendo que la historia y la cultura, que se transmiten oralmente, se pierdan para siempre.
Kâipa Marubo dijo que le preocupa que sus hijos jueguen violentos juegos de disparos en primera persona.
Otros indicaron que han sido víctimas de estafas en internet debido a que carecen de conocimientos digitales, mientras que muchos jóvenes conversan con extraños en las redes sociales.
Flora Dutra, una activista brasileña que trabaja con tribus indígenas jugó un papel decisivo para ayudar a conectar a los Marubo; sin embargo, añadió: “Esto se llama etnocentrismo (…) El hombre blanco piensa que sabe qué es lo mejor”.