Mónica Varela es la diseñadora detrás del hermoso rosario que el presidente, Luis Abinader, le obsequió al papa Francisco en su visita a la Santa Sede.
En una entrevista exclusiva para RC Noticias, Varela cuenta que desde que inició en este negocio se puso como meta proyectar el Larimar nacional e internacionalmente.
“Cada día estoy más cerca de la meta”, aseguró.
Cuenta que empezó a hacer joyería a los 9 años de edad de manera artesanal como pasión y desde entonces se ha convertido en su carrera y profesión.
¿Qué te motivó a dedicarte a esto?
Nací con el deseo de convertir materiales interesantes en joyas y, con los años, ese deseo se fue desarrollando hasta convertirse en mi pasión y propósito.
¿Es rentable dedicarse a este negocio?
Toda carrera que se lleve a cabo con constancia, pasión y discernimiento es de dejar frutos. Entiendo que el crecimiento de cualquier marca responde al empeño que se le ponga a cada paso de su desarrollo.
¿Cómo defines tus obras? ¿Por qué son especiales?
Mis obras son expresiones muy personales de lo que sucede a mi alrededor. Siempre llevándome de la originalidad y del querer representar de manera más contemporánea lo tradicional de la joyería.
¿Con qué materiales trabajas?
Trabajo mayormente con plata esterlina .925, Larimar, ámbar y piedra luna. Todas son piedras encontradas en nuestra isla.
¿Es difícil dedicarse a la confección de joyas en la República Dominicana?
Para nada, entiendo que con buena actitud y el deseo de llevar las cosas a cabo, elevar nuestro producto es fácil porque contamos con un tesoro de materia prima.
Al dominicano le gusta hacer las cosas bien y, con parámetros claros, todo es posible.
El talento nos sobra.
Más que difícil, tiene sus retos y oportunidades, es un área donde no está tan desarrollada y no existen tantas personas especializadas nacionalmente.
Me gustaría en algún momento encontrar más personal, más personas que quieren estudiarlo, capacitadas.
Para que este rubro se desarrolle, fuera de la zona franca, deben haber cursos y educación, para que más personas de zonas rurales puedan hacer de la orfebrería su carrera y continuar así la tradición de joyería en RD.
Anhelo llegar a ser un país, reconocido también por su talento artesanal y de joyería.
En ocasiones, muchas personas critican el costo que tienen las piezas hechas a mano, que mensaje tienes para ellos.
Como parte de mi misión de resaltar un tesoro como el Larimar, mi marca busca elevar lo nuestro al mismo nivel de reconocimiento y apreciación que tienen las marcas internacionales.
Sin embargo, tenemos un arduo trabajo por delante para cambiar nuestra mentalidad de consumo que nos impide, a veces, apreciar el valor de lo artesanal y lo local.
El proceso de crear cada pieza a mano, conlleva selección de materiales uno a uno, trabajo manual por un joyero especializado, baño de altísima calidad… toda esa cadena de producción, que no explota ninguna parte del proceso, tiene un valor que debe reflejarse en el precio. ‘Hecho a mano’ es sinónimo de obra de arte.