Cara a cara, frente a frente

Cara a cara, frente a frente

República Dominicana vivió un momento histórico en su democracia con la celebración, por primera vez, de un debate presidencial. El 24 de abril de 2024, quedará marcado en el calendario como una fecha histórica en la política nacional.

Como es lógico, los tres debates trajeron grandes sorpresas, algunas decepciones, y hasta descolocaciones de algunos de los candidatos en momentos puntuales. Las redes se desbordaron de múltiples comentarios, a favor o en contra. Más allá de las tendencias, y en lo que a mi oficio corresponde, estos debates evidenciaron el verdadero nivel de preparación de los participantes de cara a su intervención en este tipo de escenarios.

¿Un debate político electoral y televisivo decide las elecciones? Ciertamente, no. Los votos se cuentan en las urnas, y una campaña electoral es un trayecto largo y complejo, donde intervienen un conglomerado de particularidades, hasta el mismo día de las elecciones.

¿Ganar o convencer? Un debate es un escenario de oportunidades para los candidatos, que le permite presentar propuestas concretas, frenar el incremento sostenido del adversario, ganar notoriedad para el crecimiento electoral; mostrar sus fortalezas y liderazgo; incluso, impactar sumando votos, sobre todo en aquellos electores blandos, o en los que aún son posibles porque, aunque simpatizan, están indecisos.  

Participar en un debate electoral, y exponerse al escrutinio público, requiere de ESTRATEGIA, PREPARACIÓN Y DESTREZAS EN COMUNICACIÓN. Precisa de planificación; manejo de datos; orden en las ideas; conceptos y argumentos bien estructurados; sencillez, claridad e impacto en el mensaje; coherencia entre el lenguaje corporal y la palabra hablada, conjugado con la proyección de una imagen pensada y cuidada al detalle.

La televisión, y las plataformas digitales, son medios fuertes, de muchísimo alcance y, en gran medida, ineditables, que ponen de manifiesto cualquier detalle, gesto o palabra, dimensionando su impacto ante la audiencia. Para debatir con éxito en cualquier foro, aquí desgloso algunas recomendaciones:

Prepararse y entrenar con antelación. Practicar, grabarse y ver los videos con capacidad de autocrítica, y junto al equipo de campaña, incluyendo un estratega y consultor especializado en comunicación y vocería.

Reducir al mínimo los riesgos de la improvisación.

Definir una estrategia global, y por temas, con sus objetivos claros; y mensajes principales concisos y fáciles de entender. Estudiar, trabajar y perfeccionar cada aspecto, ideas, preguntas, potenciales imputaciones, de forma tal que el candidato, con un argumento fuerte previamente establecido, pueda salir airoso y persuadir a los votantes indecisos.    

Estructurar frases breves y contundentes que aporten a la candidatura y puedan convertirse en un titular de medios.

Apelar a lo emocional, contar historias, construir imágenes con las palabras en la mente del espectador; utilizar frases que conecten y hagan recordar-sentir al electorado.

Ser auténtico, no asumir poses o fingir.

Mantener la tranquilidad y ecuanimidad. Los gestos, las manos, la voz, una sonrisa, el contacto visual y el rostro transmiten los nervios o la autoconfianza y paz interior. 

La televisión es imagen. Cuidar el mínimo detalle es esencial, ya que refleja la personalidad de quien habla.

Aplicar las técnicas claves para desarrollar una estrategia de juego efectiva, con capacidad para alcanzar confianza, control y credibilidad. Practicar ataque y defensa; bloquear, enlazar y puentear. 

Conocer las debilidades y fortalezas del oponente y estar preparado.

Subestimar estos aspectos puede poner a tambalear al más confiado y en la confianza está el peligro.  

De mi parte, espero que estos “cara a cara” se fortalezcan en el tiempo, que los candidatos presentes y futuros, se empoderen y decidan participar en este tipo de eventos, elevando con ello el nivel del discurso político.

El gran ganador ha sido el país: debatir con altura y respeto, aporta a una democracia saludable. Mientras, nuestro compromiso como ciudadanos, es acudir a las urnas el 19 de mayo y ejercer nuestro derecho al voto, con conciencia, sino efervescencia. 

Autor: Saraida de Marchena