La embajada británica en Santo Domingo envió a Londres y Washington un aviso inmediato y confidencial en la tarde del 25 de abril de 1965. Era la primera impresión recibida del estallido cívico militar del día anterior, que tomó por sorpresas a todos los espías desplegados en República Dominicana, precisamente para evitar lo sucedido:
Al mediodía del 24 de abril, el jefe del Estado Mayor y el Asistente del jefe del Ejército fueron detenidos por una facción izquierdista de oficiales subalternos constitucionalistas en un campamento militar en los suburbios. A las 3:00 am del 25 de abril estallaron las luchas al este de la ciudad. Parece que los rebeldes han ocupado el único puente que une a la ciudad con la Base Aérea de San Isidro… A las 6.00 de esta mañana, las calles de esta ciudad estaban llenas de grupos clamando por Bosch. Las tropas rebeldes han armado a civiles y están patrullando la ciudad en camiones… El Gobierno muy bien pudiera haber caído…
El 27 de abril esas mismas fuentes aportaban pánico a sus informaciones, que eran recibidas como fuentes de primera mano por el Pentágono, la CIA y el Departamento de Estado en Washington. Los espías, en ridículo por su grave error de apreciación, y el no haber captado las señales de la tormenta que se avecinaba, trataban de cortar las raíces del retoño de la dignidad y desvirtuar la justicia del reclamo popular que pedía el retorno al país del depuesto presidente Bosch, y con él de la democracia ultrajada por el golpe funesto del 25 de septiembre de 1963. Aterrorizados ante el avance del pueblo, informaban:
Bosch está aún en Puerto Rico, la CIA entiende que si regresara estará profundamente comprometido con los extremistas rebeldes y podría ser más receptivos a sus puntos de vista izquierdistas y anti-Estados Unidos… La CIA concuerda con que parece que los rebeldes ganarán…
Precisamente, para que eso no pudiese suceder, resumido en la consigna imperialista de “no tolerar una segunda Cuba”. El 28 de abril de ese año ocurría la segunda invasión estadounidense a nuestro territorio, acción que las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos llamó “Operación Power Pack“, iniciada con la entrada al país de una fuerza anfibia de la infantería de Marina a los que más tarde se unió la 82 División Aerotransportada de del Ejército norteamericano. Era el inicio de la Revolución de Abril, cuyo 59 aniversario conmemoramos este 24 de abril.
El gobierno norteamericano con su invasión militar a la nación, pisoteando su soberanía y poniendo una hoja de parra, la de la hoy desprestigiada OEA, para tapar sus crímenes contra el pueblo dominicano.
Es aquí donde se agiganta la figura del coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, demostrando que los militares constitucionalistas y el pueblo defensor de su voto y de la soberanía de la patria eran una sola fuerza, y que unidos eran invencibles, como la historia demostró.
Solo con el despliegue de todo el potencial bélico de la entonces primera potencia militar del planeta, se logró evitar que el pueblo aplastara definitivamente a las fuerzas militares títeres del CEFA, y restaurara en el poder al desplazado presidente Juan Bosch. A pesar de esto, tampoco el imperialismo norteamericano logró su objetivo político y se vio obligado a pactar una salida negociada a la crisis, mostrando al mundo su verdadero rostro antidemocrático, represivo, injerencista e intervencionista, muy diferente al que vendía su propaganda.
Con razón el profesor Bosch llamó a todo este proceso aleccionador para los pueblos del mundo, comenzado con su derrocamiento y continuado con este crimen artero yanqui, como “crisis de la democracia de América en República Dominicana”
Esta epopeya popular demostró lo que seguimos viviendo en el mundo de hoy: que los pueblos escriben su historia, en el tiempo, contra las pretensiones hegemónicas e intervencionistas de los Estados Unidos, en nombre de la democracia, de los derechos humanos y de la paz, conceptos que ellos propios se han evidenciado desconocer. Desde Lindon B. Johnson, quien ordenó la invasión a nuestro país, hasta hoy, pisan con el mismo calzado, que luce en deterioro ante el avance de un mundo multipolar.
59 años después el pueblo dominicano sigue luchando por consolidar una sociedad más justa y democrática, levantando orgulloso en estas nuevas batallas, la bandera gloriosa de la Revolución de Abril de 1965.
Fuente: miu.do