Exministro de las Fuerzas Armadas advierte que los 1,500 soldados enviados por Kenia no resolverán la crisis en Haití

Exministro de las Fuerzas Armadas advierte que los 1,500 soldados enviados por Kenia no resolverán la crisis en Haití

Luego de que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha aprobado una resolución que autoriza una misión multinacional de apoyo a la seguridad en Haití, José Miguel Soto Jiménez, exministro de las Fuerzas Armadas con más de 40 años de experiencia en asuntos haitianos, ofreció una entrevista en el programa “Esto No Tiene Nombre” donde expresó su preocupación sobre la efectividad de la misión y la situación en Haití en general.

En la entrevista, Jiménez señaló que los 1,500 soldados que se desplegarán en el vecino país no son suficientes para abordar la compleja problemática que enfrenta.

A pesar de su experiencia, admitió que durante su gestión “se le fue la mano” en ocasiones, lo que puso en riesgo su carrera. No obstante, enfatizó la importancia de controlar los efectos de la crisis haitiana en la República Dominicana.

Jiménez destacó que uno de los problemas más graves que enfrenta la República Dominicana es la migración ilegal proveniente de Haití, no solo por la problemática en sí, sino también porque afecta negativamente a la democracia dominicana.

Aseguró que esta situación está afectando la inversión en educación, seguridad ciudadana, mercado laboral y los recursos de los contribuyentes.

En relación al cierre completo de la frontera con Haití, decretado el 15 de septiembre por el presidente Luis Abinader, Soto Jiménez comentó que esta medida se implementó como un mecanismo para detener la construcción del canal en Haití, pero también tiene otros beneficios colaterales.

Añadió que no existe un plazo fijo para resolver el conflicto en torno a la construcción del canal y que el gobierno haitiano se ha solidarizado con la obra.

El exministro concluyó que, a pesar de que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas habla de la legitimidad del Estado de Haití, en la práctica “no hay Estado” en el país vecino, ya que no controla la población ni sus recursos, ni tiene el monopolio legal de la violencia aceptada en una democracia. Además, señaló que todos los plazos de la legitimidad están incumplidos en Haití.