Cuando ya ha pasado más de una semana con la frontera entre República Dominicana y Haití cerrada por aire, mar y tierra, sin que hasta el momento se vislumbre una solución al conflicto que ha desatado la construcción de un canal en el río Masacre por parte del vecino país, una salida a ese impasse estaría en la construcción de la presa Don Miguel.
Así lo plantea Yoneuri Díaz, miembro del Comité Central del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), quien aseguró que esa sería una “salida salomónica” para ambas naciones.
La construcción de esa presa fue una de las medidas adoptadas por el gobierno luego de que quienes construyen el referido canal con miras a desviar el río, se negaran a detener los trabajos pese a las advertencias del gobierno dominicano.
Para Diaz una opción equivocada es la reapertura del canal de La Vigía ya que, según dijo, es una salida que se percibe como una forma de presionar a Haití, pero que también incumple el tratado de 1929.
“Porque el punto no es presionar para también incumplir con el acuerdo del 1929 sino hacer lo correcto, llegar a un acuerdo entre ambos países, hablar al respecto, que Haití se comprometa a no seguir construyendo el canal hasta que se busque una salida salomónica”, refirió.
En la 78 Asamblea General de las Naciones Unidas que se desarrolló en Nueva York el jefe de Estado dominicano indicó que no quieren un enfrentamiento con Haití, pero que la misión de su gobierno es anteponer el bienestar de su país frente a esa situación.
De su lado, pese a que el gobierno haitiano había dicho que no respaldaban la construcción del canal, en ese mismo escenario el primer ministro Ariel Henry expresó el respaldo a la obra y defendió el alegado derecho que tiene su país a usar los recursos hídricos binacionales.
“Haití reafirma su derecho soberano a utilizar sus recursos hídricos binacionales tal como lo hace la República Dominicana y reivindica un reparto equitativo de los recursos de ese río”, dijo ante la ONU.
Peligros de la obra
De acuerdo con Abinader la obra pone en riesgo el acceso al agua de centenares de familias agricultoras dominicanas y haitianas aguas abajo de donde se construye el canal.
Además, dijo que el proyecto pone en peligro de inundación tanto al parque industrial Codevi, 300 metros aguas abajo del canal, y a sus 19 mil trabajadores haitianos.
“También a una parte de los habitantes de las ciudades fronterizas de Dajabón y Juana Méndez, y como si fuera poco tendría efectos ecológicos nocivos, afectando la Laguna de Saladillo, uno de los principales humedales de República Dominicana”, alegó el mandatario.
Pérdidas millonarias
El cierre total ha paralizado el mercado binacional en Dajabón y el comercio en todos los puntos fronterizos, medida que, según los comerciantes, ha generado cientos de millones en pérdidas ya que de acuerdo con expertos el intercambio de mercancía representa más de mil millones de dólares al año.
Entre los sectores más afectados están harina, agroindustrial, avícola, frutas y vegetales.
Para palear las pérdidas de los comerciantes dominicanos el gobierno dispuso la compra de los productos como huevos y otros perecederos para venderlos a la población a precios asequibles.