Para el excónsul de Haití en República Dominicana, Edwin Paraison, es de mucha preocupación el conflicto entre República Dominicana y Haití, a propósito de la construcción de un canal que desvía el río masacre, afluente que comparten ambas naciones y sobre el cual existen tratados desde 1929.
“No teníamos que llegar hasta este punto”, manifestó Paraison, al recordar que el tema se comenzó a discutir entre las partes desde el 2021, pero entiende que se han perdido dos años en resolverlo.
Sin embargo, resaltó que ciertamente ocurrió un evento mayor entre el 2021 y 2023, que fue el asesinato del presidente Jovenel Moise, acontecimiento que hizo caer el proyecto del canal y que, además, se suma que el gobernante haitiano, Ariel Henri, nunca ha visto el proyecto como una prioridad.
Destacó como otro factor el hecho de que la mesa hídrica binacional que se creó en donde las partes asumieron la responsabilidad de crear en el 2021, tampoco se concretó: Y volvimos, pues, con el mismo tema en el 2023”.
Debió crearse la mesa hídrica binacional
El excónsul de Haití en República Dominicana, quien dirige en la actualidad la Fundación Zile, cree que antes de haber tomado otra decisión, lo primero que debió hacerse fue crear la mesa hídrica binacional, pero que lamentablemente eso vino al final y las conversaciones entre las partes no dieron los resultados esperados y “ya estamos en un punto crítico con el cierre total de las fronteras entre los dos países”.
“Siempre hemos hablado en la fundación de la realidad de la interdependencia que hay entre nuestros países, una interdependencia que es muy evidente en la región fronteriza”,
manifestó Paraison, al agregar que las comunidades, tanto la haitiana como la dominicana, tienen su modus vivendi.
“Han desarrollado su propio modus vivendi porque están lejos de los centros de decisión, de las capitales… Han desarrollado su propio modus vivendi para los intercambios y hasta en sus propias relaciones personales”, dijo, durante su participación en el programa Reseñas, que conducen los periodistas Rafael Núñez y Adelaida Martínez R., por Entelevisión los sábados a las 9:00 de la noche.
Comunidad haitiana se ha apropiado del tema del canal
Sobre la construcción del canal que desvía el río masacre, Edwin Paraison destacó que si bien es cierto pudiesen haberse integrado empresarios y políticos, “en las últimas semanas el tema ha sido apropiado por campesinos y agricultores, ya se ha transformado en un convite, donde cada persona aporta lo que tiene, hasta con la participación de la diáspora haitiana”.
“Están enviando dinero para apoyar el canal, los obreros que trabajan no cobran. Vimos, a través de los videos, unos agentes que llegaron para aportar seguridad a quienes están trabajando”, comentó Paraison, quien agregó que las labores se están realizando hasta de noche.
Señaló que cuando se contactó a la parte haitiana, el mismo primer ministro dijo que de eso no sabía, lo que creó una situación difícil ante una necesidad que el mismo gobierno no podía responder.
“Efectivamente dice el tratado que ambas partes deben respetarlo y ahí es que inicia el diferendo. Las partes, cada una, tiene una interpretación distinta, todavía Haití dice que respeta el tratado, mientras el Gobierno dominicano tiene una postura contraria”,
manifestó Paraison, quien agregó que el hecho es que Haití está haciendo su primer intento del uso de ese recurso binacional.
Entiende que si hubo errores del pasado y, sobre todo, si las autoridades dominicanas entienden que se debe cumplir con el acuerdo de 1929, Haití debe hacer el esfuerzo para cumplir todos los parámetros.
Lo que aconseja ante el conflicto como diplomático
“¿Qué podemos hacer? A pesar de ese malestar que existe ahora, hay que llamar la atención sobre el hecho de que en ambas partes, el presidente Luis Abinader en sus declaraciones ha dicho que el diálogo sigue abierto. Haití, a través de una nota del Ministerio de Asuntos Extranjeros, también dijo que sigue abierto el diálogo y ese es un punto muy importante, porque no estamos en un punto de ruptura”, apuntó Paraison.
Señaló que ya cuando el diferendo es tan profundo, se puede apelar a una mediación internacional y se puede pedir una asistencia técnica.
“Esto ya estaba previsto en la declaración de 2021, que los dos países firmaron en esa reunión que se dio en la Cancillería, que se podría buscar una asistencia técnica internacional”, manifestó.
Construcción del canal tiene fallas técnicas e impacta al medioambiente
El excónsul Paraison, quien en la actualidad dirige la Fundación Zile, señaló que desde ese espacio se ha propuesto que sean universidades dominicanas y haitianas las que crearan una comisión para estudiar el caso y hacer recomendación a los dos gobiernos, pero que lamentablemente no tuvieron tanta incidencia con esta sugerencia.
Señaló que al principio del conflicto se propuso, además, usar la diplomacia civil para hablar con los campesinos que están construyendo el canal porque se ha podido comprobar que tiene fallas técnicas y que tiene un potencial impacto medioambiental.
“Sin embargo, al constituirse ahora en una lucha comunitaria, eso no se puede resolver a través de la violencia, hay que ir a dialogar con la comunidad”, dijo.
Observó que “Haití tiene derecho sobre ese recurso binacional, pero que esto no ha salido tanto en el discurso oficial dominicano”, sino que se enfatizó más en el rechazo de la obra y esto llevó a que a los haitianos interpreten que República Dominicana no quiere que Haití utilice ese recurso binacional.
Llamó a hacer un esfuerzo pedagógico desde República Dominicana para mandar otras señales y que se entienda que si, en el punto en el cual se está haciendo ahora crea un problema, decir entonces dónde se puede hacer.
“La recomendación es seguir con el diálogo bilateral, si no nos podemos entender al final, pues buscar esa mediación internacional”, dijo, al señalar que en otras negociaciones en años pasados ha ayudado el Vaticano, la OEA y países amigos de ambas naciones.
Manifestó que propusieron también que los dos mandatarios de ambas naciones, Luis Abinader y Ariel Henry, puedan aprovechar su participación en la Asamblea de las Naciones Unidas y reunirse en un espacio aparte, verse cara a cara y que definan ellos cuál va a ser la salida.
“Pero, sobre todo, que ambos envíen una señal a nuestras poblaciones de que no estamos en guerra, que hay un diferendo pero no estamos en guerra y tampoco la estamos buscando”, dijo, al tiempo de señalar que hay que admitir que hay una corriente antihaitiana y una antidominicana, ya que en cada lado el nacionalismo está a flor de piel y que hay que seguir buscando una salida pacífica.