Como si no les importaran las medidas adoptadas por el gobierno dominicano, los ciudadanos haitianos continúan construyendo un canal de riego para desviar las aguas del Río Masacre hacia su territorio.
A pesa de que Abinader ordenara el cierre de toda la frontera, cancelado viajes hacia esa nación y hasta suspendido la emisión de visado, los extranjeros no se detienen.
Decenas de haitianos laboran en conjunto, otros se encuentran en el centro de la construcción y en las zonas cercanas, incluyendo mujeres y niños, admirando la obra entre risas y conversaciones en creole.