En un mundo lleno de jóvenes talentosos y motivados, destaca Jeilyn Rocio Lara, una joven dominicana que ha demostrado un potencial excepcional en el campo de la tecnología y el liderazgo. Su versatilidad y compromiso con la excelencia la convierten en una candidata prometedora en cualquier ámbito laboral en el que decida desempeñarse.
El camino de Jeilyn hacia el éxito comenzó cuando se enteró de un proyecto emocionante a través de un mensaje enviado a un grupo de Tecnólogos en Diseño y Manufactura coordinado por Mabel Méndez. Intrigada por la propuesta, Jeilyn se acercó a Nathalie Brito, la maestra responsable de la formación del equipo llamado Team Armstrong, para obtener más información. Impresionada por la oportunidad, Jeilyn no dudó en aceptar el desafío y unirse al equipo.
La motivación de Jeilyn para participar en este proyecto también fue alimentada por la conferencia en la que los miembros del equipo Apolo 27 compartieron sus experiencias en la competencia. Las historias de éxito y el logro de llegar a la NASA inspiraron a Jeilyn, quien se sintió aún más entusiasmada por alcanzar metas similares.
El equipo Armstrong, conformado por estudiantes de diferentes carreras en el Instituto Especializado de Estudios Superiores Loyola, IEESL, cargados de jóvenes talentosos estudiantes de ingeniería eléctrica, ingeniería industrial, mecatrónica, diseño y manufactura.
Jeilyn Rocio Lara asumió el rol de Manager STEM, destacando su capacidad para liderar y coordinar estos esfuerzos en el equipo.
El proceso de creación del rover, pieza fundamental en la competencia, fue un desafío que el equipo Armstrong abordó con determinación. Bajo el liderazgo de Román Jázquez (líder del team) bajo el diseño de Anderson Báez y Josmerlin Payano, con la asesoría del profesor Manuel Perdomo y Alayn Hernández, el equipo construyó el Rover desde cero. Jeilyn también se involucró activamente en la fabricación del Rover, brindando su apoyo en momentos clave.
La innovación fue un factor clave que diferenció al rover del equipo Armstrong de los demás participantes. Los pedales tipo ranura y pata de gallina, el chasis tipo telescopio y el sistema de transmisión basado en engranajes demostraron la creatividad y el ingenio del equipo.
La experiencia en la competencia de la NASA fue emocionante y desafiante para el equipo Armstrong. Sin embargo, su dedicación, resiliencia y habilidades técnico-mecánica fueron reconocidas, ya que recibieron el galardón en la categoría Pit Crew.
El apoyo del Padre Jose Victoriano, S.J., rector del Instituto Politécnico Loyola fue fundamental en el proyecto Armstrong. Con él los directivos en la institución se mantuvo pendiente de los avances y procesos del equipo, brindando el respaldo necesario para el éxito del proyecto.
El equipo Armstrong tuvo que superar numerosos desafíos a lo largo del camino, demostrando el valor del trabajo en equipo y la formación integral y profesional que han recibido en Loyola. Demostrando que no hay límites para el éxito cuando se trabaja arduamente y se está dispuesto a sacrificar muchas cosas para alcanzar las metas deseadas.
El premio obtenido por el equipo Armstrong en la competencia de la NASA fue un reconocimiento a su resiliencia, habilidades técnico-mecánica y trabajo en equipo. Este premio en la categoría Pit Crew demostró que su dedicación y esfuerzo valieron la pena.
Destacar que el equipo pudo obtener la puntuación más alta en la competencia de la NASA al participar activamente en la difusión de la educación STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) en diferentes escuelas e instituciones de la República Dominicana. Mediante experimentos, juegos y talleres, motivaron a niños y jóvenes a interesarse en carreras relacionadas con estas áreas, fomentando el trabajo en equipo, el pensamiento innovador y la resolución de problemas.
La participación en esta competencia de la NASA fue un sueño hecho realidad para Jeilyn y todo el equipo. Nunca se imaginaron que llegarían tan lejos, pero han demostrado que no hay límites cuando se tiene pasión y se trabaja arduamente. Su mensaje para los jóvenes que tienen sueños y desean alcanzar metas similares es claro: el camino del éxito no es fácil, requiere trabajo duro y sacrificio, pero todos tienen el potencial de llegar lejos si se lo proponen.
Jeilyn y el equipo Armstrong se sienten orgullosos de lo que han logrado y agradecidos por la oportunidad. Ahora, después del éxito alcanzado, sus sueños se enfocan en concluir sus carreras universitarias, seguir capacitándose en el extranjero y participar nuevamente en la competencia HERC. Están dispuestos a aprovechar todas las oportunidades que se les presenten en el camino.
En este viaje hacia el éxito, Jeilyn ha contado con el apoyo incondicional de su familia. Han sido compañeros en su proceso de preparación y competencia internacional, brindándole el aliento y el respaldo necesarios para alcanzar sus metas.
Con esta experiencia han demostrado que el talento dominicano tiene un lugar destacado en escenarios internacionales y esperan motivar a otros jóvenes a seguir sus pasos y perseguir sus sueños.
La historia de Jeilyn Rocio Lara y el equipo Armstrong es un testimonio inspirador del potencial y la determinación de la juventud dominicana. Han demostrado que no hay límites para el éxito cuando se tiene pasión, habilidades técnicas y un espíritu de trabajo en equipo.
Su logro en la competencia de la NASA es un recordatorio para todos aquellos jóvenes que aspiran alcanzar metas extraordinarias.
El equipo Armstrong, liderado por estudiantes universitarios han dejado huellas imborrables en la historia dominicana en el proyectos en la competencia de la NASA demostrando el potencial y la capacidad de los jóvenes dominicanos para enfrentar desafíos científicos y tecnológicos de gran envergadura.
A medida que Jeilyn continúa su camino está decidida a seguir destacando historias de jóvenes talentosos y motivados como ella. Su experiencia como Manager STEM en el proyecto Armstrong y su vínculo con la institución educativa Loyola son un testimonio de cómo el apoyo y la formación integral pueden impulsar a los jóvenes a alcanzar el éxito en campos altamente competitivos.
La historia de Jeilyn Rocio Lara y el equipo Armstrong es un recordatorio inspirador de que los sueños se pueden convertir en realidad cuando se combina pasión, dedicación y una mentalidad de liderazgo. Jeilyn ha demostrado que no hay límites para lo que se puede lograr cuando se abraza el aprendizaje continuo y se superan los obstáculos con determinación.