República Dominicana se encuentra entre los 15 países de mayor vulnerabilidad ante los efectos del cambio climático, por lo que se debe profundizar la idea de poder “vivir del bosque sin destruirlo”, consideró el ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Miguel Ceara Hatton, al valorar los aportes de Plan Sierra.
Ceara Hatton se refirió al tema al visitar el Plan Sierra y participar en la reunión del Comité Técnico Forestal que analizó, como una muestra de plan de manejo, los resultados de la finca Corosito, localizada en San José de las Matas.
“Se puede vivir del bosque sin destruirlo, yo creo que eso es muy importante y tenemos que crear la cultura necesaria para que así sea”, expresó Ceara Hatton al resaltar su impresión del encuentro en el que participó el viceministro de Recursos Forestales, José Elías González, así como Inmaculada Adames, vicepresidenta ejecutiva de Plan Sierra.
Adames compartió algunos dos hitos fundamentales en la experiencia de Plan Sierra con el manejo de bosque sostenible en República Dominicana. “El primer hito es el inicio de la aplicación de principios y metodologías que fundamentan el manejo sostenible del bosque, y que inició en Plan Sierra en el año 1980 de la mano de la Agencia Sueca para la Cooperación Internacional, Técnica y Económica, con la intermediación de Swiss Forest Consulting”.
Resaltó que la Agencia Sueca y la Swiss Forest Consulting acompañaron la iniciativa por 15 años, “ayudándonos a demostrar que era posible vivir del bosque sin destruirlo”. Recordó que los aserraderos fueron clausurados y prohibido el corte de árboles por un decreto presidencial de 1967.
“Al iniciar el Plan Sierra en el 1979, la cobertura forestal en su área de intervención era de solo un 21%, entre 21 por ciento estaba el bosque de La Celestina, una extensión de un poco más de 3,000 hectáreas con 31% de bosque de pino natural maduro y semi maduro, 14% de bosque latifoliado, 12% de bosque natural en desarrollo y un 24% de terreno que necesitaba ser reforestado”, dijo.
Resaltó que las autoridades confiaron en la propuesta de Plan Sierra de comenzar el proyecto de manejo de bosques y desarrollo rural “La Celestina”, “que aunque era una propiedad privada que el gobierno de entonces declaró de utilidad pública y se la entregó a Plan Sierra, estaba habitada por 64 familias en una condición legal de invasores y en una situación de pobreza y pobreza crítica.
“Treinta y tres años después el bosque de La Celestina se sigue manejando, administrado por la Asociación de Silvicultores San Ramón, las familias han superado la situación de pobreza y a pesar de muchos tropiezos, de muchas dificultades, de ataques, e incendios, este sigue siendo la experiencia de gran aporte al país”, resaltó Adames.
Al citar el segundo hito, dijo que al inicio de la década de 1990 se comenzó la transferencia de los conocimientos acumulados en La Celestina, y con acompañamiento también de la cooperación sueca, a propietarios de bosques privados, y así comenzó la Asociación de Productores de Bosques de la Sierra (Aprobosi).
Indicó que en la finca Corosito, donde se realizó la actividad, se inició el primer plan de manejo de bosque privado impulsado por Plan Sierra.
“Fue necesario seguimiento cercano, una supervisión estrecha, mucha capacitación, pero de esta experiencia el país ha evolucionado a la reapertura del sector forestal como un contribuyente al producto interno bruto, disminuyendo además las exportaciones de madera, hay una ley sectorial forestal y un reglamento que regula, como dice su nombre, y sustenta la ejecución”, dijo.
Sostuvo que Plan Sierra tiene retos pendientes, pero “trabajando juntos, en apego a la ley, es posible vivir del bosque sin destruirlo, incrementarlo y hacerlo privadamente rentable en aquellas áreas donde las condiciones biofísicas son apropiadas para el manejo del bosque sostenible”.
Adames entregó una copia de “la historia del manejo del bosque “La Celestina”, que es casi como una novela contada de lo que pasó ahí, y sigue pasando”.
En el acto habló el viceministro González, quien ponderó el valor de la finca de Corosito, dirigida por José De Moya y su familia, y la acogida al Comité Técnico de Manejo Forestal.
Recordó que el comité, tiene rol de ser vigilante y garante de la conservación y el uso sostenible de los recursos forestales, se ampara en el Artículo 2, de la Resolución número 0040-2021, emitida el 29 de noviembre del 2021.