Santo Domingo, RD-. El joven historiador estadounidense Matthew Randolph se encuentra en República Dominicana investigando los orígenes étnicos de la ciudad Santa Bárbara de Samaná, como parte de su tesis de doctorado por la Universidad Stanford, una de las cinco mejores a nivel mundial.
Desde hace tres años Randolph lleva a cabo esta investigación histórica, que lo ha llevado a visitar archivos en Francia, España y Estado Unidos y ahora se encuentra en el país trabajando los archivos de República Dominicana. Será en enero de 2024 cuando retornará a Estados Unidos para cerrar la etapa final de escritura y defensa de su tesis doctoral, para optar al grado de Doctor en Historia.
“En cada archivo que visité (Francia, España y Estados Unidos) pude constatar la importancia geopolítica que tuvo esta parte de la isla (Samaná) por su privilegiada posición en las rutas comerciales atlánticas. Era un puerto que todas las potencias querían poseer, tanto los europeos como los norteamericanos. Y también fue destino de grupos numerosos de inmigrantes”, explica el candidato a doctor por la Universidad de Stanford, al cuestionarle la razón por la que vino a indagar específicamente Samaná.
El título de su investigación “Albergando la libertad: geografías de la diáspora, soberanía dominicana y la lucha por la bahía de Samaná 1822-1898” centra su interés en el papel que jugó Samaná como destino de negros esclavizados que buscaban la libertad en la isla huyendo de las duras condiciones de vida del sur de los Estados Unidos. Al tiempo resalta la importancia estratégica que la península de Samaná tuvo para las potencias internacionales en su intento de dominar el Caribe.
Tras la abolición en 1822 de la esclavitud en nuestra isla, el territorio dominicano se convirtió en un destino deseado para los hijos de esclavizados estadounidenses que huían de un régimen de vida inhumano. “Lo interesante de la historia de Samaná es que la gente llegó buscando la libertad, porque en Estados Unidos la esclavitud duro mucho tiempo, dando lugar a una sociedad sumamente racista. Es decir, en ese momento eran los norteamericanos afrodescendientes los que buscaban mejores destinos para vivir y esta isla por su condición de no existir la esclavitud se volvió un destino cargado de esperanza, tanto en la parte
española como en la francesa”, puntualizó el investigador de 28 años, quien realiza su estadía como becario del prestigioso programa Fullbright, de Estados Unidos.
Su estancia en el país se desarrolla entre el campus Santo Domingo de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), el casco histórico de la Ciudad Colonial, el Archivo General de la Nación y sus reiterados viajes a Samaná, donde está realizando encuentros con los descendientes de esta migración de afrodescendientes que llegó a la isla a partir de 1824. “Todavía en Samaná, hoy día, hay comunidades que hablan inglés, tienen apellidos ingleses, y lo interesante de ellos es que mantienen su herencia y raíces norteamericanas, aunque siendo dominicanos al mismo tiempo”, dijo.
Matthew Randolph realiza su estancia de investigación en el Centro de Estudios Caribeños de PUCMM, donde recibe el acompañamiento y asesoría del historiador Antonino Vidal Ortega, actual director. Este centro de investigación se ha convertido en los últimos años en un referente internacional de los estudios del Caribe y ha logrado trenzar solidas redes de investigación académica con universidades del Caribe, Europa, Estados Unidos y ahora también África.
Este Centro de Estudios Caribeños ha logrado por medio de financiación externa diversos proyectos de investigación que han culminado en movilidad de sus investigadores, publicaciones internacionales y la apertura de diversos posgrados, incluyendo el Doctorado de Historia del Caribe dirigido por la historiadora Mukien Sang Ben y alimentado por una red de investigadores internacionales.
En los últimos tres años, este Centro ha recibido estancias de una docena de investigadores y este 2023, además de Matthew Randolph, tiene investigadores de la Universidad Católica de Milán, el Instituto de Historia de Madrid y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).