Santo Domingo.- En la comunidad El Cajuil, municipio de Oviedo, provincia de Pedernales vive un valiente guardaparques que ha dedicado más de 40 años de su vida a proteger y preservar las tortugas marinas que llegan a las playas de Pedernales para depositar sus huevos. Su nombre es Blanco Turbí, un hombre de 76 años de edad, el primer guarda parque del Parque Nacional Jaragua y Sierra de Bahoruco.
En la actualidad, Blanco Turbí se encuentra en una situación precaria de salud y económica. Su avanzada edad y las múltiples operaciones a las que se ha sometido, incluyendo cirugías de próstata, vejiga y hernia, han afectado su capacidad para seguir trabajando. Después de décadas dedicadas a la conservación, merece una pensión digna que le permita disfrutar de su merecido descanso sin preocupaciones económicas.
Es aquí donde el Ministro de Medio Ambiente, Miguel Ceara Hatton debe intervenir y brindar el apoyo necesario a Blanco Turbí. Reconocer su incalculable contribución a preservar la vida marina y el ecosistema local, otorgándole una pensión digna, sería un acto de justicia y gratitud hacia este defensor incansable de la naturaleza.
La labor de Blanco Turbí va más allá de su responsabilidad como guardaparques. Su compromiso con la naturaleza y su incansable lucha por preservarla lo han llevado a enfrentar numerosos desafíos y peligros. A lo largo de su vida, ha sido amenazado de muerte en varias ocasiones debido a su defensa inquebrantable de los recursos naturales.
Sin embargo, a pesar de las adversidades y los obstáculos que ha enfrentado, Blanco Turbí ha perseverado en su misión. Su dedicación y valentía son ejemplos inspiradores para todos aquellos que luchan por proteger nuestro medio ambiente. Ha arriesgado su vida en múltiples ocasiones para apagar incendios forestales y ha intervenido para evitar la captura ilegal de flamencos rosados en la zona.