La magistrada Sarah Veras Almánzar, jueza de la Corte de Apelación del Departamento Judicial de Santo Domingo, dijo que los jueces tienen un rol activo como gestores del cambio de sus decisiones en perspectivas de género libres de estereotipos.
Al participar en el panel “Marco conceptual y legal aplicado a los casos de violencia sexual”, tema que abordó junto a la magistrada Maite D. Oronoz Rodríguez, presidenta del Tribunal Supremo de Puerto Rico, dijo que el juez debe poner reglas claras cuando se trate de víctimas vulnerables, evitando preguntas o interrogatorios innecesarios, inútiles e incómodos, cuyo único sentido es desmeritar la dignidad y violentar derechos de las dichas víctimas.
La intervención de la jueza se produjo en el marco del congreso sobre “Atención de casos de Agresión Sexual”, que tuvo lugar este jueves y viernes desde la Secretaría Permanente de la Cumbre Judicial Iberoamericana, con sede en Puerto Rico.
Dijo que la vida de las víctimas de violación sexual y su confianza en la justicia depende de las decisiones que emanen de los jueces.
“Muchas víctimas no denuncian la violencia sexual o maltratos y prefieren permanecer todavía en la oscuridad por temor y desconfianza al sistema. Y ese cambio de paradigma depende de que se refleje la igualdad en cada uno de esos escenarios judiciales”, enfatizó.
“Como Estado, todas las instituciones que lo conforman debemos estar sensibilizados. A nosotros los jueces, es el último eslabón donde llega el caso, y la pelota caliente siempre llega a los jueces”, aclaró.
Insistió en que es importante saber cuál es el compromiso y alcance de la labor de los jueces, de quienes dijo deben dejar a un lado los miedos y prejuicios a ser evaluados por las contrapartes, los medios y la opinión pública.
“De qué nos vale a nosotros tomar decisiones con perspectivas de género, libres de estereotipos si todo el sistema no está a la par en un solo propósito”, cuestionó.
La magistrada Sarah Veras dijo también que nunca se debe justificar la actitud del hombre en desmedro de la mujer, como medio de resolver conflictos.
Apuntó que, conforme establece Belém Do Pará, convención que previene, sanciona y erradica la violencia contra la mujer, este tipo de intimidación constituye una violación a los derechos humanos y las libertades fundamentales.