Santo Domingo. Los moradores del distrito municipal El Naranjal ocuparon el templo católico de San José de Ocoa en demanda de que las autoridades provinciales y el ministerio de Obras Públicas cumplan con sus promesas de terminar la pavimentación de las carreteras El Naranjal y de Parra.
Sostienen que las autoridades han prometido muchas veces esas obras y todo se ha quedado en burlas y engaños contra estas comunidades.
Los reclamantes piden un diálogo con el Obispo Víctor Masalles, el ministerio de Obras Públicas y el Comité pro carretera El Naranjal Parra para llegar a un acuerdo y buscarle una solución a esta problemática.
Asimismo, dicho comité ha emitido un boletín informativo en el que detalla todas las informaciones de lugar.
Estamos cansados de las mentiras y promesas incumplidas por parte funcionarios nacionales y provinciales del presente gobierno. Nuestra gente vive en medio del lodo y el polvo, expuesta a todo tipo de enfermedades y vicissitudes, mientras el ministerio de Obras Públicas, la Gobernación provincial y altos funcionarios viven poniendo fechas que nunca cumplen para pavimentar unos simples 2.8 kilómetros de carretera en El Naranjal y 6 kilómetros en Parra.
Sostiene el boletín.
En ese orden, el boletín sostiene que los moradores decidieron ocupar el templo católico después de haber realizado marchas, piquetes, reuniones con autoridades, denuncias y caravanas, sin encontrar una respuesta responsable de las autoridades locales y nacionales.
Para superar esta acción en el templo católico de San José de Ocoa, estamos proponiendo que una comisión integrada por el Obismo Víctor Masalles, El ministerio de Obras Públicas y nuestro Comité Pro-carreteras El Naranjal y Parra, se reuna y busque una salida satisfactoria a la presente situación.
Afirma el boletín.
Por otra parte, las personas que protestaron dentro del templo denunciaron ante el país que han sido sometidos a una acción policial irracional y que en determinados momentos impidieron que recibieran agua y alimentos.
Además se nos interrumpió la enegía eléctrica, acciónes que valoramos como violatorias a los derechos humanos.
Dice el boletín.