La falta de un sistema de bombeo, créditos a bajas tasas de intereses y las malas condiciones de los caminos interparcelarios son partes de los desafíos que presentan los productores de plátanos de Azua.
“La mayoría regamos por inundación que es un costo muy elevado. Producir una mata de plátano conlleva muchos sacrificios, desde la preparación de suelo, que muchas veces se nos dificulta por no tener una buena maquinaria”, expresó Alexis Marte, vicepresidente de la cooperativa de productores de plátanos de Azua (Cooproplazua)
También, Santiago Echavarría, presidente de la Asociación Dominicana de Productores de Plátanos (Adoplatano) Azua, dijo que el cultivo del plátano es el que más moviliza la economía en Azua y el que más estabilidad le brinda al productor.
Agrega que hay otros productos más rentables, pero con mucho más riesgo.
“Nosotros necesitamos asesoría y ayuda técnica para ser más productivos, pero eso no lo podemos hacer solos, necesitamos que las autoridades intervengan porque la tecnología es muy costosa. Podemos producir más en los mismos terrenos, pero con tecnología”, apuntó Echavarría.
Al conversar con los periodistas Ana Celia Castillo y Joaquín Caraballo en el programa de Diario Agropecuario, que se trasmite por Su Mundo TV, Echavarría señaló que a la cadena de intermediación hay que buscarle una solución porque el intermediario se lleva todos los beneficios, resultando más perjudicados el productor y los consumidores.
“El productor toma todos los riesgos como falta de agua, falta de vigilancia porque aquí debemos tener vigilantes para poder cuidar la plantación porque si no te la llevan. Aquí hay productores que no han iniciado sus cosechas y le roban 100 o 200 racimos”, indicó el productor.
Detalló que en Azua hay 180,000 tareas sembradas de plátanos, que involucra unos 10,000 productores. Además, los plátanos que se producen en Azua se trasladan hacia los mercados de las regiones Sur y Este de la República Dominicana.
“Los plátanos van al Sur y Este. O sea, Santo Domingo, San Pedro de Macorís e Higüey, principalmente”, indicó.
En cambio, Manuel Adames, presidente de la Cooproplazua y presidente de la Cooperativa de Productores de Plátanos de Azua (Asopropa), dijo a Diario Agropecuario que a través de la asociación están buscando ayuda del gobierno para que los productores puedan conseguir el cultivo in vitro de plantas y poder sustituir las actuales.
“Necesitamos sustituir esos materiales que tenemos que están infectados de plagas y enfermedades que ya lo que están es causándonos problemas, prácticamente, porque no nos está dando beneficios”, expresó.
Dijo, además, que están presentando muchos problemas con las bombas de riego porque la mayoría permanecen dañadas y se torna difícil para un productor arreglarlas por los costos que conlleva.
“No es fácil para un pequeño productor reparar una bomba o construir un pozo porque tiene una agricultura de subsistencia. Se tiene apoyo del gobierno, pero no el necesario porque hay mucho descuido, hay bombas que tienen dos años dañadas que quizás es una tontería para el Estado, pero para el productor repararla es difícil”, indicó Adames.
Dijo que trabajan día a día desde la cooperativa que tiene 155 socios.
“A las autoridades locales y nacionales queremos decirles que Azua es uno de los valles más productivos que tiene el país y en plátanos representamos el 17 % de la producción nacional y los caminos está en muy malas condiciones”, agregó.
Cuando Azua está en plena producción salen diariamente entre 1.9 millones a 2.8 millones de unidades de plátano. Pero “en estos tiempos de crisis estamos despachando entre 350,000 y 400,000 unidades de plátano diario”, indicó Alexis Marte.
En la producción de plátanos se benefician los comerciantes de fertilizantes, el comercio local de Azua, el productor, los consumidores, la mano de obra en todo el proceso de producción, las esposas y los hijos de esos trabajadores, los comercios fuera de Azua, los turistas, entre otros.
“Esta es una empresa millonaria, aunque nosotros seamos los más pobres porque hasta el friturero se beneficia de este producto. Además, mientras más platos diversos se preparen, más caro le sale al consumidor porque comerse un mofongo no es barato”, expresó Marte.
Resaltó que el plátano por cada invento que se hace en un restaurante es un costo más y “nosotros nos quedamos con los bolsillos pelados”.
En la entrevista también participó Esperanza Familia, secretaria de Adoplatano Azua y productora de plátanos y cebolla. “Los insecticidas están bastante caros y tenemos poco apoyo de las autoridades”, indicó.
Agregó que las mujeres casi no se mencionan en la producción agrícola, convirtiéndolas en las grandes ausentes en la actividad del campo.
“Los préstamos nunca llegan, se solicitan y llega la cosecha, pero los préstamos nunca llegan”, indicó