Santo Domingo, RD.- El proyecto de desarrollo turístico de Pedernales está en su apogeo, con expectativas de generar un enorme impacto en la región Sur, abarcando las zonas profundas de Barahona, Bahoruco e Independencia hasta bordear las provincias San Cristóbal, Azua, Peravia, San José de Ocoa, San Juan y Elías Piña.
El fervor de desarrollo no es único para los pedernalenses, porque a este plan lo caracteriza su inclusividad, que busca liberar del olvido centenario a una región que, según el Censo de Población y Familia, para 2010 tenía una población de 1,690,085 habitantes.
Asociaciones Choferiles, Profesionales, Amas de Casa, Organizaciones Culturales, Religiosas, Médicos, Técnicos, consideran que uno de los pilares de esta iniciativa es la proyección del despegue de la región sureña, para convertirla en un destino mundial líder en turismo de bajo impacto y mínima densidad. Pedernales es el punto de arranque por su enorme potencial turístico, pero en el concepto ampliado se asegura que, por efecto, todas las poblaciones sureñas serán beneficiarias de la explotación de los recursos disponibles en esta provincia. Por esto ya entró en marcha la construcción y extensión de las carreteras Enriquillo-Pedernales, Pedernales-Puerto Escondido y otras vías de acceso que conectarán, a través de la Sierra de Bahoruco, con los atractivos turísticos.
Indican las entidades que el gobierno del presidente Luis Abinader estableció que a más tardar en 2024 esta vía clave para la integración del Sur que sustenta Pedernales esté concluida. La conexión se hará más viable y menos distante porque se ha acordado la eliminación de 70 curvas en la línea de 74 kilómetros del tramo Enriquillo-Pedernales.
Sostienen que el Fideicomiso Pro-Pedernales es una herramienta para convertir al polo turístico en instrumento de promoción de todo el potencial natural y humano de la región Sur. Así, cuando se haya concretado el plan, bajo el modelo de alianza público-privada, habrán de estar edificadas unas 10,000 habitaciones hoteleras, cuando menos 3,500 de estas en la primera etapa. A la vez que fomenta una economía inclusiva y la riqueza cultural de la región, generará empleos y capacitaciones para la comunidad.
Precisan que la gran oferta de trabajo llega en la primera etapa, cuando se prevé una inversión de US$ 1,300 millones para construir 4,700 habitaciones, el aeropuerto internacional, centro comercial y obras de infraestructuras básicas, como acueducto, planta de tratamiento, sistema de transmisión eléctrica, área comercial, zona de golf, villas y parque de agua. Se estima que solo en la primera fase aportará 3,300 empleos indirectos en la etapa de construcción, y 6,750 empleos directos y 27,000 indirectos en la etapa de operaciones de las 4,500 primeras habitaciones hoteleras.
“Esto integrará a la comunidad, sus estructuras y atracciones existentes, que a su paso irá erradicando la pobreza y mejorando la calidad de vida en el entorno.
La demanda de alimentos de parte del sector turístico generará, automáticamente, un crecimiento importante del marginado renglón agropecuario de la región Sur y con esto la creación de trabajo en el campo. Solo en 2018 el sector turístico nacional representó una demanda de alimentos superior a los RD $43,000 millones”.
Mientras por un lado se dispare el crecimiento de la industria turística y se abran muchas plazas de empleo, la dinámica económica estará en su mayor auge, se crecerán los negocios, florecerá el nivel de vida de la gente y se frenará la migración forzosa hacia otros destinos. La apertura de trabajo se vislumbra en varios ámbitos, como en la construcción de un aeropuerto internacional, reconstrucción y readecuación del muelle de embarque de minerales, sistemas de producción de energía eólica y solar, lo que implica más empleos.
Las organizaciones sostienen que junto a esto está la garantía de que el Gobierno aportará las tierras y la infraestructura de servicios básicos, y los inversores privados los complejos hoteleros y aeropuerto, mientras los terrenos seguirán siendo propiedad del Estado. El sur renaciente representa cerca del 35% del territorio nacional y aproximadamente el 19% de la población total del país, teniendo el mayor número de habitantes concentrados en las provincias de San Cristóbal y San Juan. El Sur, donde hasta ahora solo llegaban promesas de gobiernos, aun siendo la región más deprimida, es el centro del foco del gobierno del presidente Abinader.