La calificadora de riesgo Fitch Ratings mantuvo estable la perspectiva de República Dominicana y reafirmó la calificación BB-, destacando en su reciente informe que la evaluación está respaldada por un historial de crecimiento económico sólido, una estructura de exportación diversificada y favorables puntuaciones de gobernanza.
La agencia calificadora resaltó en su publicación que los subsidios gubernamentales para contener los precios de los combustibles, la electricidad y los alimentos han evitado un mayor aumento de la inflación en el 2022.
En cuanto a la deuda, la firma proyecta que esta, como porcentaje del producto interno bruto (PIB), disminuirá al 47.1 % este año y se mantendrá estable alrededor del 48 % en lo adelante, por debajo de la media de “BB”, que es de alrededor del 54 %.
En el documento, menciona los retos que se pueden enfrentar en el 2023 debido a los niveles de tasas, sin embargo, Fitch reconoce que el país cuenta con un margen considerable de efectivo, que le ofrece una mayor flexibilidad para aprovechar los mercados de financiamiento de manera estratégica combinado con un aumento de disponibilidad en financiamiento con multilaterales.
El ministro de Hacienda, Jochi Vicente, indicó que lograr mantener la calificación en un escenario económico mundial adverso, luego de una mejoría en la perspectiva el año pasado, es producto del constante esfuerzo del Gobierno para mantener el equilibrio de las cuentas fiscales y el crecimiento del país.
En tanto, la viceministra de Crédito Público, María José Martínez, declaró que “como Gobierno hemos mejorado la mayoría de los indicadores mundiales de gobernanza y vamos a continuar nuestro trabajo en esa dirección, con la meta de que el país alcance, en el menor tiempo posible, el grado de inversión”.
En el informe, Fitch establece que el indicador compuesto de gobernanza mundial (WGI) del país aumentó del percentil 37 al 50 en la década hasta 2021, una de las mayores mejoras de todos los soberanos calificados por la firma, lo que refleja el progreso en los esfuerzos para fortalecer la institucionalidad (independencia judicial, transparencia presupuestaria y de adquisiciones, derechos de propiedad) y una campaña de vacunación.
En cuanto al sector eléctrico, si bien la firma destaca la vulnerabilidad del sector afectado por los aumentos de precios globales, reconoció que “se han logrado avances importantes en la mejora de la confiabilidad del suministro energético, la mejora en la puntualidad de los pagos y la limpieza de las deudas heredadas”.
La calificadora mejoró el año pasado la perspectiva del país, pasándola de negativa a estable, y reafirmó su calificación en BB- ante un crecimiento económico más rápido de lo esperado durante ese período y la reducción del déficit fiscal.