El exprocurador, Jean Alain Rodríguez, emitió un comunicado en el que solicita una variación en la medida de coerción para que se le permita ser juzgado en libertad, según lo establecido en la Constitución, puesto que la investigación realizada por el Ministerio Público concluyó el pasado 8 de junio.
“Detengan ya la extorción moral y la creación de nuevas historias para mantenerme en prisión, corresponde ahora defenderme en libertad y en igualdad de condiciones. Es el derecho de un ciudadano con presunción de inocencia quien lo exige, es la ley que los obliga, un país que apuesta a ver el mejor ejercicio de parte de ustedes, y sobre todo, un Dios que los observa”, manifestó el exprocurador.
Argumentó que el motivo de su encarcelamiento era evitar una obstaculización de la investigación y que el Juzgado de la Instrucción estableció que no representaba un peligro de fuga.
Añadió que a los presuntos narcotraficantes, funcionarios del actual gobierno y la Cámara de Cuentas, inspectores que han sido acusados de espionaje y hasta a procuradores que perdonan fiscales que colocan drogas en barberías, se les respetan sus derechos, el debido proceso y hasta se ordena no pisotear su moral.
“Hoy día si le firmas a la PEPCA un documento ilegal (Art. 69-6 Const.) auto incriminándote como ladrón, sobornante o desfalcador e inculpas a otro, sea mentira o no, entonces también corresponde que se respeten tus derechos”, denunció Rodríguez.
A continuación, el comunicado íntegro del Exprocurador General de la República:
Hace ya 456 días que me presenté libre y voluntariamente a la Procuraduría General de la República, donde fui privado de mi libertad por hechos que no he cometido; por construcciones sin ser ingeniero y por sobrevaluaciones que no existieron. En franca violación a la presunción de inocencia que establece nuestra Constitución, sin haber sido interrogado, ni citado, ni llamado, para poder justificar el
Ministerio Público argumentó y convenció a los jueces de que por “las funciones y el alto cargo que anteriormente desempeñaba, debía ir a prisión porque podría obstaculizar la investigación en curso”.
Ante esa solicitud para privarme de mi libertad, el Juzgado de la Instrucción, confirmado también otras instancias, estableció “que no tenía peligro de fuga, pero que debía permanecer privado de libertad para no obstaculizar la investigación en curso.” Y aunque ni mi defensa ni yo hemos estado de acuerdo con esas decisiones y sus ratificaciones, las hemos respetado porque así lo manda la ley.
La investigación concluyó el pasado 8 de junio y con ella desapareció también la única razón para mantenerme privado de libertad por lo que finalmente corresponde la variación de la medida de coerción que contra mí pesa y permitirme poder ser juzgado en libertad, colaborando en el proceso de mi defensa para demostrar mi inocencia, tal cual lo establece el artículo 40 de nuestra Constitución.
Por un lado al día de hoy, a los presuntos narcotraficantes, funcionarios del actual gobierno y la Cámara de Cuentas, inspectores que han sido acusados de espionaje y hasta a procuradores que perdonan fiscales que colocan drogas en barberías, se les respetan sus derechos, el debido proceso y hasta se ordena no pisotear su moral, como debe ser.
A los imputados del caso Odebrecht, investigado, preparado y litigado en gran parte por el mismo Wilson Camacho, la Procuradora General Miriam Germán Brito, siendo Jueza de la Suprema Corte de Justicia, ordenó la libertad de todos los imputados y hoy con 2 condenados, a ellos también, de forma correcta, se les ha respetado su derecho de defenderse en libertad. También, hoy día si le firmas a la PEPCA un documento ilegal (Art. 69-6 Const.) auto incriminándote como ladrón, sobornante o desfalcador e inculpas a otro, sea mentira o no, entonces también corresponde que se respeten tus derechos.
Por otro lado, en mi caso ha sido todo lo contrario para encarcelarme y mantenerme en prisión, el pueblo dominicano ha visto y comprobado con sus propios ojos, que se ha violado la Constitución y el debido proceso iniciando cuando se me impidió la salida del país sin orden judicial, nunca me citaron ni interrogaron a pesar de haberme puesto a disposición del Ministerio Público en numerosas ocasiones, me arrestaron sin notificación previa y sin peligro de fuga, han filtrado todas las informaciones del caso a la prensa sin yo conocerlas, me incautaron bienes de origen lícito adquiridos hasta 15 años antes de ejercer la función pública, violaron mi derecho de ser escuchado ante un juez y no me han entregado a la fecha gran parte de las pruebas que me descargan que mantienen en su poder.
A estas violaciones se suman infinitas otras que diariamente realizan vulnerando mi derecho de defensa y el debido proceso de ley.
Promoviendo el respeto al debido proceso, el prestigioso jurista francés Rene Floriot en su obra “Los Errores Judiciales” advierte que “vale cien veces más dejar libre a un culpable que castigar a un inocente”. No he cometido ninguno de los actos de los que me acusan, siendo humano he cometido errores, pero no delitos. Recordemos todos que, para cumplir la ley no se debe violar la ley, que el fin no justifica los medios y que es mejor renunciar a todo lo que no está conforme a la Constitución y el debido proceso que sostener y permanecer obsesionados en un objetivo personal que nunca se sobrepondrá a la verdad ni llenará sus corazones.
El Ministerio Público ya concluyó la investigación, con supuesto “éxito”, sin ninguna obstrucción, presentaron acusación en mi contra y han expresado en todos los medios que están “blindados”, lo que implica que nada ni nadie puede cambiar la “fortaleza” de ese expediente, según sus propias palabras. Es momento de defenderme, como corresponde en los tribunales, y en libertad.
Al Ministerio Público: por respeto a su juramento, a la Constitución, al debido proceso, al clamor de un pueblo que aún tiene esperanza en ustedes, detengan las selectivas e ilegales filtraciones a la prensa, abandonen el populismo penal, no presionen más a la sociedad civil y a los jueces con campañas mediáticas para condicionar su opinión y soberana decisión en contra de la libertad de las personas.
Detengan ya la extorción moral y la creación de nuevas historias para mantenerme en prisión, corresponde ahora defenderme en libertad y en igualdad de condiciones. Es el derecho de un ciudadano con presunción de inocencia quien lo exige, es la ley que los obliga, un país que apuesta a ver el mejor ejercicio de parte de ustedes, y sobre todo, un Dios que los observa.
Están a tiempo de dar el ejemplo y respetar la ley, es momento de reparar, cumplir y dejar los aspectos personales a un lado y no oponerse a que haga mi defensa en libertad, garantizándoles a ustedes y al pueblo dominicano, que como siempre, estaré presente
cada vez que fuere necesario para defender mi honor y demostrar mi inocencia, ante los tribunales, ante ustedes, frente a mi familia y a toda la sociedad.