La jóven María del Carmen Vargas se quitó la vida en una localidad de la provincia Santiago, al envenenarse sobre la tumba de su difunto esposo, Mayimbe Vargas, quien falleció el año anterior.
Fuentes cercanas a ella aseguraron que jamás imaginaron que podría darse ese triste desenlace.
“Mi hija se veía muy alegre. Ese dolor lo llevaba en su corazón y ni cuenta nos dimos, ella nunca nos dio indicios de atentar contra su vida”, contó su madre Mery Carminela Turbí.
María del Carmen era, según su progenitora, una mujer alegre y llena de vida a sus 30 años, por lo que a la conclusión que llega tras lo sucedido es que “ella nunca pudo superar esa muerte, su forma de mostrar dolor era muy diferente”, confesó con tristeza a Listín Diario.
Su hija salió de su casa como cualquier otro día sin dar síntomas de malestar ni pistas de los planes que tenía entre manos.
“A las 6:00 de la tarde me llamaron que mi hija estaba en el cementerio junto a la tumba de su esposo con fotos de su boda llorando desconsoladamente. Luego de eso ingirió una sustancia tóxica, llamaron al 911 y se la llevaron al hospital”, informó la madre a dicha publicación.
Aunque la mujer estuvo debatiéndose entre la vida y la muerte, el veneno que tomó, según apuntaron los médicos, era muy fuerte y de los que mataba poco a poco, muriendo a los tres días de ingerir el líquido.
María del Carmen y su pareja, no tenían hijos biológicos pero dejan a una niña de 12 años, de la que se encargaron desde que tenía tres meses.