La Casa Blanca anunció este miércoles que la jefa de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo, Samantha Power, encabezará la delegación que asistirá a la investidura de Gustavo Petro como presidente de Colombia, sorprendentemente de rango medio para un aliado estratégico.
Además de la directora de USAID, integran la comitiva Juan González, director para Latinoamérica del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Gregory Meeks, presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, Francisco Palmieri, embajador encargado de Estados Unidos en Colombia, y Desirée Cormier Smith, representante especial para la igualdad racial y la justicia del Departamento de Estado.
El presidente Joe Biden envió a la vicepresidenta Kamala Harris a la investidura de Xiomara Castro como presidenta de Honduras y al jefe de la diplomacia para América Latina, Brian Nichols, a la del chileno Gabriel Boric.
Dos días después de ganar las elecciones, el exguerrillero Petro habló por teléfono con Biden y auguró, según él, una relación diplomática “más intensa y normal”.
Para Biden Colombia es la “piedra angular de la política estadounidense en América Latina y el Caribe” y en marzo designó al país aliado estratégico extra OTAN.
En el marco de las nuevas relaciones con Washington, el izquierdista Petro se propone modificar el Tratado de Libre Comercio vigente desde 2012 para dejar de importar algunos productos y restablecer relaciones con Venezuela, dirigida por Nicolás Maduro, a quien Washington no reconoce como presidente por considerar fraudulenta su reelección.
Entre los temas centrales entre los dos países figura la lucha contra el narcotráfico. Tras varias décadas de lucha contra los cultivos de coca, Colombia sigue siendo el mayor productor de cocaína del mundo y Estados Unidos su principal mercado.