El Banco Interamericano de Desarrollo, BID Invest y BID Lab (Grupo BID), organizó un panel sobre Innovación Financiera para Combatir el Cambio Climático con el fin de socializar la importancia de la inversión climática para la región.
Esto fue en el marco de la Semana del Clima de América Latina y el Caribe 2022 realizada esta semana en la República Dominicana.
El panel, moderado por Gema Sacristán, directora general de Negocio de BID Invest, contó con la presencia de destacados exponentes de la región y una nutrida presencia de asistentes, quienes compartieron sus experiencias con inversiones climáticas en sus respectivos países, y destacaron aquellos puntos donde ven desafíos y oportunidades.
A nivel global, se requiere invertir US$5 billones cada año para 2030 solo en energía limpia. En América Latina y el Caribe, la descarbonización de las economías podría ahorrar miles de millones de dólares, un ahorro estimado en más de US$600 mil millones por año para 2050.
Desde BID Invest, y en línea con las prioridades delineadas para el Grupo BID en Visión 2025, la hoja de ruta para acelerar el desarrollo inclusivo y sostenible de América Latina y el Caribe, se busca colaborar con las empresas para implementar estrategias de mitigación y adaptación para hacer negocios mediante productos financieros y no financieros, adaptados a sus necesidades específicas.
La Semana del Clima de América Latina y el Caribe 2022 se lleva a cabo del 18 al 22 de julio en Santo Domingo, República Dominicana. El evento se organiza por ONU Cambio Climático, en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el Grupo del Banco Mundial y el Gobierno de la República Dominicana como anfitrión.
El objetivo del foro es de involucrar y empoderar a las partes interesadas en el sector público, el sector privado y sociedad civil para impulsar la acción climática. El encuentro cuenta con más de cien paneles que exploran temas relevantes en el ámbito del sector privado, tales como la resiliencia frente a los riesgos climáticos, la transición a una economía de bajas emisiones, y las alianzas para resolver los retos más urgentes de la región. Se constituye además como un paso clave en el camino hacia la COP27 a realizarse en Sharm El-Sheikh, Egipto, en noviembre.
