7 de mayo: Un terremoto azota varias ciudades de la isla

7 de mayo: Un terremoto azota varias ciudades de la isla

El 7 de mayo del 1842, un sismo sacudió a La Hispaniola, destruyendo algunas ciudades, como Santiago, La Vega, Cabo Haitiano, Port-De Paix, el Mole y Fort Liberté, el cual se llevó varias vidas por los derrumbes de edificaciones de mamposteria y llenando de temor a las personas.

Así mismo, destruyó más de la mitad de la población existente en Cabo Haitiano, arrasando sus casas, edificios, palacios y templos más representativos, y se sintió en Puerto Príncipe, Santo Domingo y Puerto Plata.

Santiago de los Caballeros fue destruida, perdiendo sus edificios de arquitectura colonial. Según historiadores, una quinta parte de sus vecinos perecieron, aunque haya quienes señalen exagerado tal computo.

La catástrofe, fue descrita por varios escritores y cronistas de la época, dejando plasmado en papel, los detalles del funesto terremoto, relatando como muchas personas, buscaron refugio en edificaciones de madera, y clamaban al señor. Algunos que plasmaron el hecho, son Márquez, quien dedicó un folleto para relatar la experiencia que vivió. Lo publicó el 30 de mayo de 1842. Pero además de ellos y de Rodríguez Demorizi, la tremenda catástrofe fue reseñada por Dante Bellegarde en “La Nación Haitiana”, José Gabriel García, E. Hathurst, autor de “La Hispaniola-Haití-Santo Domingo”, Félix María Pérez Sánchez, Tomás Bobadilla, Remigio del Castillo, Manuel Joaquín y Félix María Delmonte, José María Serra, Alejandro Llenas, Rafael C. Castellanos y otros. Numerosos poetas lo describieron en coplas y versos. Juan José Illas, venezolano que residió en Santo Domingo, compuso una histórica “Elegía”.

“A eso de las cinco y 25 minutos de la tarde se oyó un ruido espantoso que se asemejaba a un trueno sordo, al que siguió un terremoto fuertísimo que principió por algunas oscilaciones tenues, luego por pequeñas palpitaciones y en seguida por violentas y redobladas ondulaciones, semejantes a las enfurecidas olas del mar cuando está agitado, embravecido. Su duración se calcula de 80 a 90 segundos, más o menos”, decribió el capitán J. R. Márquez.

“De las ciudades del Cabo, Port-De Paix, el Mole, Fort Liberté y Santiago de los Caballeros no quedó piedra sobre piedra. Los pocos edificios de mampostería de La Vega y de Gonaives se vinieron al suelo. En Puerto Príncipe, Puerto Plata y Saint Marc hubo algunos derrumbamientos de casas”, escribió Carlos Nouel, agregando también “En Port-De Paix el mar se retiró a gran distancia de la orilla y volviendo luego con terrible oleaje entró a la población. Sus aguas subieron a más de 615 pies de altura y envolvieron en sombras de muerte a los que huyendo de la caída de los edificios se habían refugiado en la playa”.

Agregó también que “en Montecristi y Fort Liberté las aguas del mar se unieron a los ríos Yaque y Masacre, devastando las comarcas circunvecinas, y con tal violencia inundaron la tierra que el Cabo Manzanillo o Punta Icaco quedó sumergido en las profundidades del océano”.

Fuentes: Gente que haven la historia

Archivo histórico de Santiago