Santo Domingo.- El magistrado Milton Ray Guevara, presidente del Tribunal Constitucional (TC), proclamó la incorruptibilidad de la nacionalidad dominicana y los valores constitucionales que la sustentan, bajo la vigilancia de la Carta Magna que realiza dicha alta corte.
Al referirse a la reciente celebración del 57 aniversario de la Guerra de Abril, Ray Guevara expresó su certeza “de que la República Dominicana es eterna, será eterna y que la nacionalidad dominicana será eterna, y que este pueblo defenderá la constitución las veces que haya que defenderla, hasta con su propia vida”.
Así habló ante distinguidos miembros de la judicatura, funcionarios civiles y militares, miembros de la comunidad jurídica, servidores del TC y estudiantes que asistieron al acto de publicación de tres nuevas obras editadas por el tribunal.
El presidente del TC dijo que la fecha de presentación de estas publicaciones, fue elegida para conmemorar la proclamación de la Constitución liberal del 29 de abril de 1963 y la revolución constitucionalista del 24 de abril de 1965.
“Los elementos esenciales de aquella Constitución de 1963 perviven en la Constitución actual, y eso da pena y vergüenza, que todavía nosotros no tengamos esas leyes complementarias que la Constitución manda. La queremos tanto, sin embargo, no queremos las leyes complementarias”, lamentó Ray Guevara.
La República Dominicana tiene la gran virtud de ser el escenario de la más hermosa revolución de América, afirmó el presidente del TC. “Lo hermoso es ético, lo hermoso es glorioso, lo hermoso es ejemplar. Y qué mejor ejemplo y qué mayor prueba de ética política que luchar por el retorno a la constitucionalidad sin elecciones y la vigencia nuevamente de la constitución del 29 de abril del año de 1963”.
En ese orden aseguró que esos elementos de la Constitución del 1963 “perviven en la Constitución actual son resguardados como el más valioso tesoro democrático por el más genuino de sus centinelas: el Tribunal Constitucional”.
La Guerra de Abril
La Guerra Civil Dominicana, también conocida como la Guerra de Abril, la Revolución del 65, o simplemente como la Revolución de Abril, tuvo lugar entre el 24 de abril y el 3 de septiembre de 1965, en Santo Domingo, República Dominicana. Inició cuando seguidores civiles y militares del presidente constitucionalmente electo Juan Bosch derrocaron al presidente Donald Reid Cabral.
El golpe de estado llevó al general Elías Wessin y Wessin a organizar militares leales al presidente Reid Cabral, iniciando una campaña contra los así llamados rebeldes constitucionalistas.
Alegaciones de apoyo extranjero a los rebeldes conllevó a una intervención estadounidense en el conflicto, que después se transformó en una ocupación de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en el país. Más tarde en el mismo año las tropas internacionales se retiraron del país. Se realizaron elecciones en 1966, en las cuales Joaquín Balaguer fue elegido presidente.
El gobierno de Juan Bosch fue en gran medida una rareza en la historia dominicana en ese momento: unas elecciones libres legitimaron un gobierno liberal democrático, que expresó su preocupación por el bienestar de todos los dominicanos, especialmente los de circunstancias modestas, aquellos cuyas voces nunca antes habían sido realmente escuchadas en el Palacio Nacional.
En abril de ese año una nueva constitución garantizaba los derechos civiles e individuales y respaldaba el control civil de los militares. El nuevo documento otorgaba libertades que nunca se habían conocido en el país; se declaraba algunos derechos laborales, así como a sindicatos, fueron tomadas en cuenta también las mujeres embarazadas, las personas sin hogar, la familia, los niños y los jóvenes, los agricultores y los hijos ilegítimos.
Estos y otros cambios, como la reforma sobre las posesiones de tierra, golpeaba a los terratenientes conservadores y militares, sobre todo cuando se expuso en contra de tres décadas de autoritarismo somnoliento bajo el régimen de Rafael Leónidas Trujillo.