Santo Domingo.- “La lluvia no daña mi fiesta”, así vociferaban cientos de personas que al paso de los diablo cajuelos disfrutaban del colorido Desfile Nacional del Carnaval 2022, celebrado en el Malecón de Santo Domingo.
Pese a las lluvias provocada por la incidencia de una vaguada en el territorio nacional, y tras dos años de ausencia por el Covid-19, este domingo se desarrolló el evento.
La apertura oficial inició a la 3:16 de la tarde bajo la coordinación del Ministerio de Cultura y con la participación de más de diez mil carnavaleros, agrupados en unas 200 comparsas, quienes desfilaron en representación de carnavales de toda la geografía nacional.
La ministra de Cultura, Milagros Germán, quien encabezó la festividad, destacó la importancia de la fiesta más popular de los dominicanos y dijo que la gente la anhelaba.”Nos encontramos aquí nuevamente en esta fiesta de la alegría, de la tradición, de la cultura y de la dominicanidad”, dijo Germán.
En ese mismo orden, la funcionaria expresó que desde esa institución se hizo un gran esfuerzo para llevar la celebración del carnaval “el pueblo dominicano se merece esta fiesta de la alegría, esta fiesta de la dominicanidad, por eso apostamos al carnaval aún no estábamos seguro de celebrarlo por las restricciones de la pandemia”.
Los asistentes al acto disfrutaron del colorido, alegría y el despliegue característicos de la fiesta más importante y esperada por los dominicanos.
Algunos de los presentes expresaron a RC Noticias que tenían el deseo de disfrutar de la fiesta carnavalezca.
Este año el Desfile Nacional del Carnaval 2022 fue dedicado a Cotuí, provincia Sánchez Ramírez, quien celebra uno de los carnavales más antiguos del país y famosa por su alto nivel de creatividad, destacándose cada año con la presentación de sus personajes icónicos, como son los “platanuses”, “papeluses” y “funduses”.
En ese mismo sentido y como de costumbre, desfilaron los personajes más populares de todas las provincias del país; entre los que podemos destacar: Los Diablos Cojuelos de La Vega, Los Lechones de Santiago, Los Guloyas de San Pedro de Macorís, Los Califés y Los Tiznaos de la capital y los espectaculares Alí Babá, entre otros.
En tanto que agentes del cuerpo del orden estaban apostados en toda el área perimetral del Ministerio de Cultura y a lo largo de la avenida George Washington, desde la avenida Presidente Vicini Burgos hasta la Máximo Gómez, para garantizar la integridad física de los asistentes.
Se recuerda que el carnaval dominicano es la celebración de la cultura e identidad dominicana más vibrante. Es una época donde los dominicanos de todas las edades y regiones del país se lanzan a las calles, en sus pueblos o en carnavales de pueblos cercanos, para disfrutar de desfiles con sus familiares y seres queridos.
Origen e historia del Carnaval Dominicano
El carnaval en República Dominicana se remonta a 1520, durante la época colonial española. Algunos investigadores afirman que los primeros actos de carnaval tuvieron lugar con motivo de la visita de Fray Bartolomé de las Casas, cuando sus habitantes se disfrazaban de moros y cristianos.
Entre 1822 y 1844 la tradición de llevar disfraces durante las festividades religiosas desapareció debido a la ocupación Haitiana. Pero regresó de inmediato cuando el país logró su independencia el 27 de febrero de 1844. Los disfraces dejaron de ser asociados con las celebraciones religiosas y evolucionaron en carnavales, celebrados los tres días antes del Miércoles de Ceniza. Febrero fue establecido como el mes del carnaval dominicano.
Personajes
Para entender y disfrutar el carnaval dominicano en su totalidad, debes familiarizarte con los personajes principales y sus significados en el folclore dominicano.
El Diablo Cojuelo es el personaje principal. Este personaje lleva un traje de colores con pequeños espejos, sonajeros, cintas y cencerros, como una parodia de los caballeros medievales españoles. Una máscara con largos cuernos cubre la cara del diablo, mientras lleva una vejiga hecha de la vejiga inflamada seca y curada de una vaca, y va a lo largo del desfile repartiendo un golpe en el trasero a los espectadores distraídos.
Roba La Gallina, es un hombre disfrazado con un extravagante vestido, con senos y traseros exagerados que lleva también una gran cartera. En los desfiles va con una sombrilla, parándose en los “colmados” reclamando a sus pollitos, los jóvenes del pueblo, que le siguen por el desfile.
Los Lechones son el personaje principal del carnaval de Santiago, y se tratan de una especie de diablo cojuelo. Se distinguen por su máscara, la cual representa la cara de un cerdo, con un largo hocico y grandes cuernos, y sus elaborados disfraces, con incrustaciones de campanas y cuencos. Su papel es mantener el orden en las calles durante las festividades, lo que intentan hacer girando su látigo en el aire.
Los Taimáscaros son el personaje principal de Puerto Plata. Son una versión del diablo cojuelo, que mezclan tres influencias culturales en sus disfraces: una máscara que representa a los dioses taínos, blusas y abrigos que representan la herencia española y pañuelos que simbolizan las deidades africanas.
Guloyas son de San Pedro de Macorís y sus llamativos disfraces de cuentas, y sombreros altos y plumosos son imposibles de no ver. Representan a los afro-descendientes de las vecinas islas de habla inglesa del Caribe que migraron a República Dominicana durante el siglo XX para trabajar en la industria azucarera. Su singular música y danza de influencia africana fue proclamada en 2005 Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad por la UNESCO.
Los Pintaos de Barahona desfilan con sus cuerpos intrincadamente pintados de varios colores, de la cabeza a los pies, con sólo un trozo de tela que cubre su desnudez. Representan a los esclavos cimarrones que se refugiaron en las montañas del suroeste de Bahoruco en el siglo XVI.
Los Tiznaos, también conocidos como Los Africanos son personajes cuyas caras y cuerpos están pintados con carbón o aceite de autos quemado. Representan a los esclavos africanos y bailan en las calles.
Los Alí Babá son un grupo con temática oriental, conocidos por sus bailes coreografiados y tambores.