El Instituto Nacional de Migración (INM RD), con el apoyo financiero de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la colaboración técnica de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), presentó un informe el cual indica que la actividad agrícola dominicana está estrechamente relacionada con la mano de obra extranjera.
En ese aspecto, más del 90 % de los trabajadores de este sector pertenecen a la población inmigrante.
Así lo reveló el Estudio descriptivo-exploratorio sobre el mercado laboral en el sector agrícola y su necesidad de mano de obra extranjera.
El doctor Wilfredo Lozano, director ejecutivo del INM RD, señaló que desde el Gobierno del presidente Luis Abinader “Comenzamos a modular, ordenar y gobernar la migración desde un enfoque integral y es en ese marco que ha surgido una preocupación genuina e inteligente de aplicar una política migratoria coherente, que requiere transformación institucional imprescindible para implementar buenas políticas”.
En ese sentido, añadió que el INM RD decidió trabajar el Programa de Medición Continua de la Demanda de Mano de Obra Extranjera en sectores dinámicos de la economía nacional (agropecuario, construcción, turismo y sector informal). “Aspiramos que de este programa se deriven informaciones que ayuden al Consejo Nacional de Migración a generar mejores políticas”, concluyó el Dr. Lozano.
Este estudio, realizado por el investigador José Miguel Macías Hernández, perteneciente al Grupo Minerva, se diseñó con el propósito de contribuir a la identificación de la demanda de trabajadores extranjeros en el sector agrícola, fundamentalmente en los cultivos de arroz, plátano y habichuela, que constituyen productos con un rol protagónico en la seguridad alimentaria y la economía nacional. Estos cultivos generan aproximadamente 226,000 puestos de trabajo a tiempo completo al año, su compra representa el 8.4 % del gasto familiar y en conjunto integran un mercado de cerca de $46,400 millones de pesos. Según Macías:
El camino progresivo hacia una migración laboral ordenada, parte por entender las necesidades reales de los empleadores, identificar las motivaciones y características de los migrantes y reconocer las dinámicas laborales del mercado. En este sentido, la República Dominicana, a través del Instituto Nacional de Migración y el Programa de Medición Periódica de la Demanda de Mano de Obra Extranjera en sectores dinámicos de la economía nacional, del cual se deriva este documento, marca los cimientos para el desarrollo de un proceso de generación de conocimiento en materia migratoria, que deberá y, estoy seguro, será usado como base para la toma de decisiones y el diseño de políticas públicas en beneficio del desarrollo económico del país, la eficiencia de los agricultores y la calidad de vida de los migrantes.
Asimismo, el informe indica que la agricultura emplea 8.7 % de la población ocupada nacional, de los cuales el 86.6 % labora de manera informal. A raíz de este dato, se estima que los trabajadores dominicanos optan por empleos urbanos que le garanticen mayor estabilidad y mejores condiciones laborales, lo cual provoca que en la actividad agrícola haya vacantes de empleo que son ocupadas por trabajadores extranjeros. Según la Encuesta Nacional de Inmigrantes (ENI 2017), la población ocupada de inmigrantes haitianos es de 76.8 %, de los cuales el 33.8 % labora en el sector agropecuario.
“Es correcto lo que plantea este estudio. Tenemos trabajadores haitianos que están especializados en determinados procesos. Respaldamos y entendemos la necesidad de organizar la casa. Es importante que todo extranjero en el país esté registrado. Respaldamos la nueva propuesta del registro biométrico y documental para saber quiénes son y dónde están, porque es un tema de seguridad nacional. Nos estamos reuniendo y hemos dicho que no necesitamos traer más mano de obra extranjera que la que tenemos en el país, pero esa que tenemos hay que ayudar a regularizarla”, manifestó Osmar Benítez, presidente ejecutivo de la Junta Agroempresarial Dominicana.
Por su parte, Josué Gastelbondo, jefe de misión de la OIM, dijo que se piensa que el tema de la mano de obra extranjera corresponde solo al sector exportador, pero tiene que ver con el plato de comida diaria. “De los 280 millones de personas que migran en el mundo, más de la mitad es por cuestiones de trabajo. El trabajo surge por la dinámica de desarrollo de los países. Entonces planeación, desarrollo y trabajo deben ser las pautas sobre las que se genere la política migratoria. No se puede basar en ideologías, tiene que ver con el desarrollo económico de los países, aunque, por supuesto, los aspectos sociales y culturales son también importantes”.
La mesa de honor de este encuentro estuvo integrada por Luis Miguel de Camps García, ministro de Trabajo; Wilfredo Lozano, director ejecutivo del INM RD; Osmar Benítez, presidente ejecutivo de la Junta Agroempresarial Dominicana; José Miguel Macías Hernández, autor del estudio; Josué Gastelbondo, jefe de misión de la OIM, y María Rey de Arce, especialista en Agricultura y Desarrollo Rural de la FAO.