Santo Domingo.- El empresario Máximo Mejía Almonte, presidente de la tienda Encaje La Rosario, califica de positivo que en el país se incentive el emprendurismo, pues es la única forma de los jóvenes desarrollarse y lograr sus sueños.
El empresario textil llamó a la juventud a luchar por sus sueños y nunca desenfocarse del objetivo que tienen programado para la construcción de su futuro.
Máximo Mejía Almonte, presidente de la tienda Encajes la Rosario, la cual se ha extendido hasta otros puntos del país, aseguro que con una visión vanguardista y centrado en un objetivo, logró convertirse en la pionera en su género, cuya trayectoria ha alcanzado ribetes internacionales,
Explicó que con tan sólo 21 años salió de su amada Gaspar Hernández, para perseguir un sueño que nadie pudo quitarle, utilizando la pasión por el trabajo como bujía inspiradora para lograrlo con disciplina y fomentando las mejores relaciones sociales.
Al ser entrevistado en el programa Los Defensores quese difunde cada sábado por el Canal 6, conducido por los comunicadores Noemi Herrera, Nelson Gómez y Roberto Gómez, dijo que, a parte del apoyo a los jóvenes, se necesita reforzar los niveles de seguridad en la República Dominicana.
“Graduado con Honores en la Universidad de la Vida”, tal y como lo expresa en el libro donde el escritor Rafael Mok González narra su vida, y en cuyas páginas cuenta la forma en que Máximo Mejía Carrasco pasó de buhonero a convertirse en el propietario de tiendas de venta de encajes “La Rosario”, tienda que es un referente y modelo de negocio de éxito nacional e internacional.
En el mismo cuenta la experiencia de cómo con 68 pesos, deseos, esfuerzo, enfoque y voluntad, Mejía Carrasco se convirtió en un referente de éxito comercial que lo llevó a salir de la pobreza y superarse con un trabajo arduo y honesto, recordando que el triunfo depende de cada persona para lograrlo.
Don Máximo sostuvo que su trabajo de empresario durante más de 30 años lo ha acompañado de obras sociales las cuáles, además de ayudar a los demás, alimenta su alma porque “de nada sirve la vida si no es para servir a los demás”.