La mayoría de los millennials y de la Generación Z considera que están en un punto clave en cuestiones sociales, como el cambio climático, la desigualdad y la discriminación.
La décima edición de Encuesta Millennial y Generación Z 2021 revela que los encuestados se sienten estresados todo el tiempo o la mayor parte del tiempo. Han descubierto que a lo largo de los años, estas generaciones esperan que las instituciones, como las empresas y los gobiernos, hagan más, indica el estudio.
Las finanzas, el bienestar familiar y las perspectivas laborales han sido los principales impulsores de esta situación. Este estrés se extiende al lugar de trabajo. El estrés y la ansiedad han permeado en el lugar de trabajo, lo que resalta la creciente necesidad de que las empresas se centren en mejorar la salud mental de sus profesionales
La pandemia del COVID-19 ha llevado al estrés a una nueva dimensión, colocándolo como un tema prioritario y de conciencia social: 41% de los millennials y 46% de la Generación Z.
Aproximadamente un tercio de todos los encuestados 31% de los millennials y 35% de la Generación Z- se ha ausentado del trabajo debido al estrés y la ansiedad causados por la pandemia. Sin embargo, casi la mitad de este grupo confirmó haberle dado a su superior una razón diferente para justificar su ausencia, probablemente, debido al estigma existente en torno a la salud mental en el lugar de trabajo.
De hecho, únicamente el 38% de los millennials y el 35% de los de la Generación Z se han sentido lo suficientemente cómodos como para hablar abiertamente con sus supervisores sobre el estrés que sienten, y aproximadamente 40% de ellos han calificado de “pobre” el trabajo hecho por sus empleadores para apoyar su salud mental durante la pandemia,
Señala Michele Parmelee, Directora Ejecutiva Adjunta y Directora General de Personal y Objetivos en Deloitte Global, “es fundamental fomentar lugares de trabajo abiertos e inclusivos, en los que las personas se sientan cómodas para hablar acerca del estrés, la ansiedad u otros desafíos de salud mental que están experimentando. Los superiores tienen la responsabilidad de crear un entorno de trabajo que apoye la salud mental y el bienestar de sus colaboradores y les permita prosperar”.
“En los 10 años que Deloitte ha realizado la Encuesta Millennial, la vida de los millennials y de la Generación Z ha cambiado; sin embargo, sus valores se han mantenido firmes. Mantienen su idealismo, su deseo de un mundo mejor y su creencia de que las empresas pueden y deben hacer más para ayudar a la sociedad”, en opinión de Parmelee.
Por su parte, Lucía Muñoz, líder de Capital Humano de Deloitte Spanish Latin America comenta: “Debido a la pandemia, las preocupaciones personales de los milliennials y la Generación Zs han ido cambiado. Cuidado de la salud y/o prevención de enfermedades, cambio climático/protección del ambiente y el desempleo son sus tres principales preocupaciones. Las organizaciones hoy en día tienen el gran reto de ir más allá de sus creencias y formas de trabajar, deberán promover cambios que resulten atractivos para estas generaciones que les genere un sentimiento de responsabilidad social y de equidad.”
El medio ambiente continúa siendo un problema principal
El cambio climático y la protección al medio ambiente fue la principal preocupación personal de los millennials hace un año. Quizás no sea sorprendente que, este año, los temores sobre la salud y el desempleo encabezaran su lista de preocupaciones personales, llevando los problemas ambientales al tercer lugar. Para la Generación Z, estas cuestiones siguen siendo la preocupación número uno, incluso durante la pandemia, cuando otras amenazas de salud, bienestar familiar y carreras profesionales pudieron sentirse más inminentes, lo cual demuestra lo importante que es este problema para las generaciones más jóvenes.
Muchos millennials (37%) y Generación Z (40%) creen que, después de la pandemia, cada vez más personas se comprometerán a tomar medidas sobre cuestiones ambientales y climáticas. Esto podría incluir cualquier acción, desde reciclar más hasta aumentar el uso del transporte público, cambiar sus hábitos de alimentación y compras.
Como consumidores, los millennials y la Generación Z continúan tomando decisiones basadas en sus valores. Más de una cuarta parte de los encuestados dice que el impacto que las empresas tienen en el medio ambiente (tanto positivo como negativo) ha influido en sus decisiones de compra. Sin embargo, aproximadamente 60% de los millennials y Generación Z teme que el compromiso de las empresas para ayudar a combatir el cambio climático sea una prioridad menor, a medida que los líderes empresariales dimensionan los desafíos provocados por la pandemia.
Los millennials y la Generación Z consideran que la discriminación está generalizada y que, probablemente, ésta sea provocada por el racismo sistémico que permea en la sociedad y en las principales instituciones
Seis de cada 10 Gen Z y 56% de los millennials coinciden en que el racismo sistémico se ha extendido a toda la sociedad en general. Sin embargo, los eventos ocurridos durante el año pasado priorizaron el tema de la discriminación racial de tal manera que 55% de todos los encuestados cree que la sociedad está “en un punto de inflexión y habrá un cambio positivo a partir de este punto”.
Los millennials y la Generación Z están haciendo todo lo posible para abordar el problema, pero también esperan que el gobierno y otras instituciones aceleren el cambio. Al menos uno de cada cinco encuestados dijo sentirse personalmente discriminado “todo el tiempo” o “con frecuencia”, debido a algún aspecto de sus orígenes o antecedentes. Una cuarta parte siente que ha sufrido discriminación por parte de sus respectivos gobiernos, y aproximadamente el mismo número siente que ha sido blanco de ataques en redes sociales. 34% de los millennials y 38% de la Generación Z creen que el racismo en el lugar de trabajo es sistémico.
Debido a que, con el tiempo, la discriminación puede arraigarse en las organizaciones, tres de cada cinco encuestados están de acuerdo en que el cambio solo vendrá de arriba hacia abajo, a partir de un cambio en la actitud y en las acciones de quienes están en el poder. Pese a ello, no creen que las instituciones estén a la altura del potencial que tienen, en lo que se refiere a estas cuestiones.
Cuando se les pidió que clasificaran quién está haciendo el mayor esfuerzo para reducir el racismo sistémico, las personas y los activistas encabezaron la lista, ubicándose por delante de los sistemas educativos, el sistema legal y los gobiernos. El papel de las empresas en este tema es incierto y potencialmente minimizado por los millennials y la Generación Z. El potencial percibido de las empresas para ayudar a lograr un cambio significativo en esta materia representa, aproximadamente, la mitad del que se le asignó a las personas, los sistemas educativos y al gobierno.
La pandemia aumenta las preocupaciones financieras y sobre la desigualdad económica
La pandemia del COVID-19 ha aumentado la incertidumbre de los millennials y de la generación Z sobre su futuro financiero. Dos tercios de todos los encuestados dicen que “a menudo se preocupan o se estresan” por su situación financiera. El mismo número dice que la pandemia les ha llevado a reevaluar y modificar sus metas financieras.
De cara hacia el futuro, únicamente 36% de los millennials y 40% de la Generación Z creen que su situación financiera personal mejorará para 2022. Si bien las preocupaciones financieras personales están cada vez más en sus mentes, también lo está la desigualdad económica, como uno de los problemas sociales más amplio. Dos tercios de los millennials (69%) y Gen Z (66%) encuestados piensan que la riqueza y los ingresos se distribuyen de manera inequitativa en toda la sociedad.
Muchos creen que puede ser necesaria la intervención del gobierno para impulsar un cambio. Casi un tercio de los encuestados ha votado o apoyado a políticos que buscan reducir la desigualdad de ingresos. Aproximadamente 60% de los encuestados coincide en que una legislación para reducir la brecha en los ingresos de los altos ejecutivos y los empleados promedio ayudaría significativamente a este propósito, al igual que una legislación que solicite a las empresas que paguen a sus trabajadores al menos el mínimo requerido para vivir.
Al respecto, más de la mitad de los encuestados dice que el ingreso básico universal podría ayudar a solucionar este problema.
Las opiniones sobre el impacto social de las empresas continúan siendo menos favorables, a medida que la lealtad laboral disminuye
En los últimos años, se ha registrado una disminución constante en el número de personas que opinan que las empresas están teniendo un impacto positivo en la sociedad -casi 30 puntos, desde 2017-.
En esta edición de nuestra encuesta, solo 47 % de los millennials y 48% de los Gen Z piensan de esta forma; esta es la primera vez que esa cifra cae por debajo del 50%. La lealtad laboral también se redujo ligeramente, luego de alcanzar una cifra récord el año pasado. Una mayor cantidad de millennials y Gen Z respondió que dejarían a sus empleos actuales, si tuvieran la oportunidad, dentro de dos años (36% y 53%, respectivamente, en comparación con 31% y 50%, en 2020), mientras que un porcentaje similar planea quedarse con su actual empleador al menos cinco años (34% de los millennials y 21% de la Generación Z).
Asimismo, 44% de los millennials y 49% de la Gen Z aseguraron haber tomado decisiones sobre el tipo de trabajo que están preparados para hacer y las organizaciones para las que están dispuestos a trabajar, en función de su ética personal, durante los últimos dos años.
“A lo largo de los años, esta encuesta ha demostrado constantemente que los millennials y la Generación Z están impulsados por valores y orientados a la acción, y están decididos a tomar responsabilidad y a exigir a las organizaciones y empresas que también lo hagan”, señaló Parmelee. “Incluso durante un año difícil, continúan presionando por un cambio social positivo. Las empresas que comparten su visión y los apoyan en sus esfuerzos por crear un mejor futuro, estarán a la cabeza”, concluyó.
Las empresas y los líderes empresariales ocuparon el último lugar en términos de quién está haciendo el mayor esfuerzo para abordar el racismo sistémico, de entre ocho opciones. Para llenar el vacío que han dejado las instituciones, los millennials y la Generación Z están tomando el cambio en sus propias manos. Los encuestados dicen que están educando a otros, compartiendo contenido informativo en sus redes sociales, votando por políticos con ideas progresistas, así como boicoteando empresas y marcas que no comparten sus valores sobre el tema de la discriminación.