El mayor Raúl Alejandro Girón Jiménez desenmascaró este jueves, durante la audiencia, el entramado de corrupción que funcionaba en el Cestur y en el CUSEP, al revelar en detalles de cómo operaba el entramado liderado por el mayor general Adán Cáceres y el coronel Rafael Núñez de Aza.
Sostuvo que Rafael Núñez de Aza era el cerebro financiero del entramado de Adán Cáceres y que instalaron en Politur y el Cuerpo Especializado de Seguridad la venta de especialismo.
Girón Jiménez explicó que en los allanamientos que realizó el Ministerio Público le ocuparon el celular que contiene las conversaciones de las órdenes recibidas por él de Núñez de Aza.
El alto oficial, supuestamente, le ordenó a Girón Jiménez que borrara las nóminas de Cestur para limpiar evidencias, pero en vez de eso las guardó en su disco duro personal, que está en poder del Ministerio Público.
Dijo que aceptó colaborar con el Ministerio Público porque ha decidido reincorporarse a la sociedad.
“Yo decidí reincorporarme a la sociedad. En vez de estar a mi mano derecha como los demás coimputados, en vez de tener mis abogados pagados y millones de pesos garantizados. Estoy de acuerdo con los planteamientos del MP porque es la verdad, ya no voy a mentir más”, dijo Girón.
Dijo que recibió las órdenes de borrar las nóminas y las conversaciones de WhatsApp, en momentos en que se produjo el cambio de gobierno.
Pasada la medianoche, Girón continuaba declarando ante la magistrada Kenia Romero.
De acuerdo a sus declaraciones, Girón Jiménez reveló este jueves cómo operaba el supuesto entramado en el caso Coral, que salpica a Adán Benoni Cáceres, exdirector del Cuerpo Especializado de Seguridad Presidencial (Cusep).
Girón Jiménez se desempeñaba como encargado de nómina en Politur, hoy Cuerpo Especializado de Seguridad Turística (Cestur), institución a la cual llegó Rafael Núñez de Aza, como auditor del entonces director Financiero, función que cumplía Elvis Alberto Muñoz Peralta.
Ambos le informaron a Girón Jiménez, en un negocio ubicado en las avenidas Máximo Gómez y 27 de Febrero, del Distrito Nacional, que se cambiaría la dinámica del trabajo de la nómina, la cual consistía en cancelar personas, pero no reponerlas.