SANTO DOMINGO. – El experto en seguridad ciudadana, Carlos Gimbernard, considero este domingo que para realizar en profundidad las transformaciones de las complejas estructuras que tiene la Policía Nacional, las mismas podrían alcanzarse en un período no menor de 10 años.
Significó por igual que la tarea de modificar la tradicional forma de actuar en la institución encargada de mantener el orden público, no es posible lograrse de la noche a la mañana, ni tampoco de la forma en la que la gente quisiera.
Gimbernard baso su consideración en varias razones, entre las que cito el hecho de ser el organismo armado con más miembros, funcionar a nivel nacional y laborar de manera continua durante todo el año, característica que no tienen otras entidades estatales.
“A lo anterior se agrega que los agentes de menores rangos reciben salarios miserables, por lo que en cierta forma no se le puede exigir mayor responsabilidad en el trabajo que realizan”, sostuvo, al ser entrevistado en el programa “Así Vamos, con Héctor Guzmán”, que se difunde cada domingo a las 10:00 AM por TRA Teleradio América.
A su juicio, el problema policial no se resuelva cambiando al director ni a los demás miembros de la plana mayor, “porque es un mal sistémico implantado desde su creación en 1937”.
Recordó que si bien ahora no es tanto como hace algún tiempo, para ingresar a la policía no se toma tanto en consideración el nivel académico ni méritos, sino por el nivel de recomendaciones de familiares y amistades con los “jefes”.
Refirió que según estudios realizados acerca de la procedencia de los agentes de reciente ingreso, la gran mayoría nació y se crio en la región Sur, la más pobre del país, por lo que ingresan para subsistir, no por vocación”.
La PN, parte del problema
Otro enfoque del problema, según el experto, es que la Policía es sólo uno de los cuatro elementos que componen el grave problema de seguridad que afecta el país desde hace años.
“Además de la PN, también existen problemas en el Ministerio Público (fiscales que actúan a nombre de la sociedad), la justicia (los jueces que condenan o absuelven los acusados) y las cárceles, donde los hallados culpables cumplen sus penas”, precisó.
Consideró que es injusto sólo culpar a la Policía del problema, porque se trata de un mal social con “enormes proporciones, porque la institución es el resultado de la sociedad, no lo contrario”.
“Si sólo se enfoca el problema de seguridad en la Policía, nada se logrará, porque se hará una humareda que tapará el verdadero problema”.
Expresó que los inconvenientes de seguridad ciudadana no son exclusivos de la República Dominicana, sino de categoría mundial, es el segundo problema, después de la salud.
“De nada le sirve al ciudadano tener vivienda, trabajo y salud, si carece de seguridad. Este aspecto es de capital importancia hoy más que nunca, en un mundo globalizado”, precisó.
A su mejor parecer, lo importante es enfocarse en las causas u origen de los homicidios en los que se ven envueltos miembros de la institución, en vez de las consecuencias de esa cotidiana acción.
Voluntad política
Gimbernard, quien es un asesor, experto en seguridad ciudadana y reforma policial, entiende que de nada vale crear una comisión que estudie la problemática interna de la Policía Nacional y plantear soluciones, “si no existe la voluntad política de los que dirigen el Estado”.
Aclaró que, en el caso actual, el presidente Luis Abinader luce interesado en resolver de la mejor manera la inseguridad ciudadana, mediante la ejecución de un plan con un objetivo definido.
Entiende que lo importante no es reformar la Policía, “sino hacerla eficiente, que funcione en coordinación con las otras partes esenciales para que el ciudadano no sienta temor de ser agredido por civiles, militares o agentes del orden”. Se requiere de un plan estratégicos que defina claro sus objetivos
“A la PN hay que educarla y crearle objetivos medibles para que no sea sólo una institución forense, es decir, que actúe después del hecho, sino preventiva, en asociación con los líderes de los barrios, iglesias, clubes deportivos y culturales”, significó.