El Defensor del Pueblo debe ser escogido por mérito, capacidad e independencia partidaria; el cambio que la ciudadanía espera y por el cual se ha levantado en marchas hacia la Plaza de la Bandera. De no ser así, sería más de lo mismo, asegura el doctor Ramón Martínez Portorreal, aspirante y candidato a la Defensoría del Pueblo.
Martínez lamentó que la maestra María Teresa Cabrera haya renunciado a sus aspiraciones porque entiende que la escogencia del Defensor del Pueblo “está determinada por la voluntad del liderazgo político con poder suficiente para pactar y construir el consenso necesario para lograr una mayoría calificada como la requerida en el caso de la Defensoría del Pueblo”.
En el seno del pueblo existe el interés de que las cosas sean mejores, y muestra de ello fue la decisión que tomó en las pasadas elecciones, desafiando la pandemia, para votar por un cambio que repercuta en la decencia y la transparencia de las instituciones públicas, y la única vía para lograrlo es institucionalizando la función pública y que los compromisos partidarios no intervengan en decisiones tan trascendentales como la escogencia del Defensor del Pueblo, ya que el llamado de esta figura está en representar y defender a la gente, precisamente, ante la administración pública y privada, cumpliendo el debido proceso de la Ley.
En lo concerniente a la candidatura del doctor Ramón Martínez, enfatiza, no ha tocado la puerta de ningún sector político, ni de ningún sector vinculado a los poderes del Estado, ya que esto crearía compromisos que limitarían su función como Defensor del Pueblo, en caso de ser escogido.