Tras unos dos meses de plantar varios productos, en medio de la pandemia del Coronavirus, el profesor Juan Carlos Leonardo, director del Politécnico Profesor Pedro Antonio Frías, muestra satisfacción de la evolución de su proyecto alternativo de cultivo de alimentos en áreas verdes del citado centro educativo.
Al efecto, en fecha 4 de mayo del presente año, el docente Leonardo mostró a una comisión del Ministerio de Educación (MINERD) su iniciativa y adelantó incluso los planes que tenía para distribuir los alimentos que pretendía cultivar.
Dando seguimiento a este proyecto de huerto escolar, personal del MINERD se trasladó nueva vez la comunidad de Caño Grande, en Bonao, para visitar el Politécnico Profesor Pedro Antonio Frías y ver cómo marchaba la siembra del profesor Leonardo y parte del personal.
Excelente cosecha
Asistido por la madre naturaleza, la plantación iniciada dos meses atrás en la actualidad refleja que será exitosa y que muchas familias de la comunidad educativa degustarán en principio de las batatas y luego de otros productos como guandules y plátanos.
“Mientras pasa esta pandemia del coronavirus y las clases vuelven a la normalidad no podemos descuidar un solo instante la escuela y al mismo tiempo aprovechamos la tierra para sembrar esperanza y a nuestra comunidad educativa”, dijo el director del Politécnico Profesor Pedro Antonio Frías.
Destacó que la pandemia mundial del Coronavirus (COVID-19) ha permitido a las personas ser más solidarias y buscar alternativas para mantener la mente ocupada.
“Nosotros decidimos aprovechar los espacios disponibles del centro educativo y hoy estamos viendo los resultados de crear huertos escolares y cosechar alimentos orgánicos”, indicó.
Este centro alberga unos 600 estudiantes y 42 docentes en Jornada Escolar Extendida. Los egresados se especializan en informática, gestión administrativa y servicios turísticos.
Recordó que tiene pleno conocimiento de que los cultivos no representaran una solución para todos y que espera inspirar a las personas para que se preparen para enfrentar cualquier circunstancia.
En 2016 se estableció que los centros educativos debían tener más integración del medio ambiente y la comunidad educativa, priorizando espacios amigables con el entorno como jardines, actividades con material reciclable, huertos escolares y producción de bienes y servicios que lo vuelvan autosustentable. Desde entonces se dispuso que las escuelas que se construyeran contarán con espacios para esos fines.
Un año antes, el Ministerio de Educación (MINERD), ya contaba con 350 huertos escolares donde los mismos estudiantes cosechaban las hortalizas y vegetales que en cada centro se consumía. Para eso se logró un acuerdo con el Ministerio de Agricultura para la distribución de las semillas y el apoyo logístico.
La historia del proceso que inició con la cuarentena y que hoy la madre naturaleza brinda sus frutos, también tiene aprendizajes para la comunidad educativa porque invita al empoderamiento, cuidar al medio ambiente y, sobre todo, es una acción alternativa e inclusiva que garantiza la seguridad alimentaria.