Nuestra bandera, Himno y Escudo Nacional constituyen una imagen formal de la soberanía, la historia e ideales de nuestra patria y representan un sentir nacional, como indica el considerando número 5 de la ley 210-19, que regula el uso de la Bandera Nacional, el Escudo Nacional y el Himno Nacional, como símbolos patrios: “manifiestan el deseo de progreso y paz del pueblo Dominicano”.
Nuestros símbolos patrios son en sí una narrativa de nuestro pueblo porque en ellos se contienen capítulos de nuestra historia y los ideales de los padres fundadores, por lo que se hace necesario reafirmar la observancia del protocolo y uniformidad de imagen para así proteger los diferentes mensajes que encierran.
Como portadores de identidad, le debemos a los símbolos patrios, la seguridad que como colectivo estamos obligados a mantener vigentes, a través del entendimiento de su significado y a través de su uso protocolar. Se trata del cuidado de su uso y forma.
Debemos por lo tanto custodiar ese legado, ese mensaje y recordar que en su belleza estética y singularidad de símbolos se encierran capítulos de nuestra historia y la convicción por la Patria.
Rechazamos cualquier tipo de ultraje a nuestros símbolos, y llamamos a las autoridades competentes a actuar con seguridad y convicción en contra de cualquier acción en contra del Escudo Nacional. Se exige a todas las instituciones religiosas, políticas y sociales, prestar especial atención a las presiones, tanto internas como externas, si es que existen, contra de nuestros orígenes patrios. La Iglesia católica es la primera celosa de nuestros orígenes porque ella ha sido, es y será siempre una aliada al sentir del pueblo. Viva el Escudo Nacional, viva la Biblia y la Cruz Blanca en el Centro de tan admirable insignia.