Santo Domingo. — La comunicadora y actriz dominicana Clarissa Molina reavivó el debate sobre la impunidad en el país tras publicar un mensaje en Instagram donde lamenta la gran cantidad de casos sin resolver y la falta de respuestas para decenas de familias que aún esperan justicia. Su reflexión surge a raíz del caso de Stephora, que en las últimas semanas ha movilizado la opinión pública.
Molina explicó que, tras esa publicación, comenzó a recibir testimonios de otras familias cuyos procesos permanecen estancados. Uno de los relatos que más la impactó fue el de Cielo García, una adolescente que en 2017 sufrió un brutal ataque con machete que le provocó la amputación de ambos brazos. Ocho años después, su agresor continúa prófugo, pese a que en 2023 se activó una alerta de la Interpol. “Es imposible comprender cómo algo así puede quedar impune”, escribió la comunicadora.
La presentadora reconoció que conocer estas historias la llena de impotencia y recordó que la ciudadanía anhela vivir en un país donde prevalezcan la paz, el respeto y la protección. Aseguró que ora para que se haga justicia no solo en los casos visibles, sino también en aquellos que permanecen en silencio dentro de cientos de hogares dominicanos.
“No se trata de uno… se trata de todos. No se trata de raza… se trata de humanidad”, expresó Molina, al tiempo que advirtió que cuando una familia no recibe respuestas, toda la sociedad pierde.
Las imágenes que acompañaron su publicación incluían varios de estos casos sin resolver, reflejando el alcance del problema y el sufrimiento persistente de las familias afectadas.
Uno de los casos más recientes es el de Roldany Calderón, un niño de tres años desaparecido el 30 de marzo de 2025 en Jarabacoa. Tras un amplio operativo que involucró a más de 150 personas, drones y unidades caninas, su paradero sigue siendo desconocido nueve meses después.
Entre los expedientes aún abiertos figura el de Anaurys Castillo, estudiante de Derecho de la UASD desaparecido el 22 de mayo de 2020 en Santo Domingo, así como el de Armando “Marino” Rodríguez, un prestamista visto por última vez en marzo de 2022 en Manoguayabo.
En abril de 2022 desapareció el niño Kendry Alcántara, en San Juan, un caso que provocó protestas comunitarias ante la falta de respuestas. Ese mismo año, en mayo, fue reportado como desaparecido el joven Alexander Moisés Sang Díaz, de 18 años, estudiante de Ingeniería en Software del INTEC. Meses después, en septiembre de 2022, también se perdió el rastro de Manuel Antonio Marte Rodríguez, de 22 años, quien se dirigía a la UASD y nunca llegó.
La lista incluye, además, a Juan Julio Beltré Ferreras, desaparecido en Barahona en noviembre de 2023, y a Joan Genao, un adolescente de 16 años que desapareció en Santo Domingo Este en octubre de 2024.
Otro caso de alta repercusión internacional es el de Sudiksha Konanki, joven de origen indio residente en Estados Unidos, vista por última vez el 6 de marzo en un hotel de Punta Cana. Su desaparición ha movilizado organismos nacionales e internacionales, sin que hasta el momento se haya ofrecido una conclusión oficial.
A estos expedientes se suman hechos violentos aún sin resolución. Entre ellos destaca la agresión sufrida en 2017 por Cielo García, atacada con un machete por un joven haitiano que continúa prófugo. También figura el caso de Noelvin Jeremías Cabrera Rubiera, un adolescente de 14 años que murió tras ser apuñalado a la salida de su centro educativo. Su familia continúa exigiendo que se profundice la investigación y se establezcan responsabilidades.
En redes sociales también persisten cuestionamientos sobre el llamado “Caso Jetset”, donde usuarios denuncian la falta de avances y transparencia en el proceso.









