Kiev y Moscú intercambiaron nuevas acusaciones de realizar ataques alrededor de la planta nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa y que ha sido bombardeada repetidamente la última semana.
La planta en el suroeste de Ucrania ha estado ocupada desde marzo por fuerzas rusas y Kiev acusa a Moscú de instalar allí a cientos de soldados y almacenar armas.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, acusó el sábado a Rusia de “chantaje” nuclear, al aseverar que Moscú utiliza la planta nuclear para “intimidar gente de manera muy cínica”, en su mensaje televisado diario.
“Ellos organizan provocaciones constantes con el bombardeo del territorio de la planta nuclear e intentan llevar fuerzas adicionales en esa dirección para chantajear a nuestro estado y a todo el mundo libre”, agregó.
Aseguró que las fuerzas rusas se “ocultan” en la planta para bombardear las localidades de Nikopol y Marganets, que están bajo control ucraniano.
La agencia nuclear ucraniana Energoatom advirtió a los pobladores de la ciudad de Energodar, donde está ubicada la planta, no salir la calle en la medida de lo posible debido al bombardeo ruso.
“Según los residentes, hay nuevos bombardeos en dirección de la planta nuclear (…) El tiempo entre el disparo y la llegada de la bomba es de 3-5 segundos”, dijo el operador nuclear el sábado en Telegram, al compartir un mensaje de un jefe local en Energodar, bajo control de Kiev.
Pero autoridades prorrusas en las áreas ocupadas de Zaporiyia culparon a las fuerzas ucranianas de los ataques.
“Energodar y la planta nuclear de Zaporiyia nuevamente están bajo ataque de militantes de Zelenski”, afirmó Vladimir Rogov, miembro de la administración instalada por Moscú.
Los misiles cayeron “en áreas situadas a orillas del río Dnipro y en la planta”, aseguró, sin reportar bajas o daños.
Ese río divide las áreas controladas por Rusia y Ucrania.
– Catástrofe nuclear –
Las acusaciones de Kiev y Moscú de bombardeos en la planta nuclear este mes despertaron temores de una catástrofe nuclear.
El Consejo de Seguridad de la ONU celebró el jueves una reunión de emergencia y advirtió de una “grave” crisis en marcha en Zaporiyia.
Ucrania dijo que los primeros ataques, el 5 de agosto, golpearon un cable de alto voltaje y apagaron uno de los reactores.
Otros ataques realizados el jueves dañaron una estación de bombeo y sensores de radiación.
Ucrania, con apoyo occidental, pidió una zona desmilitarizada alrededor de la planta y exigió el retiro de las fuerzas rusas.
En la ciudad de Marganets, a 13 km de la instalación nuclear y controlada por Ucrania, los residentes ven la planta con un sentido oscuro de la realidad.
“Usted sabe que si morimos, ocurrirá en un segundo, no sufriremos”, dice Anastasia, de 30 años, a la AFP. “Me tranquiliza que mi niño y mi familia no sentirán dolor”.
Los militares ucranianos llamaron a no visitar la ribera del Dnipro por temor a que los soldados rusos disparen desde el otro lado.
“Hay un miedo constante, y las noticias dicen que la situación en la planta es muy tensa, así que cada segundo que pasa es más terrible”, advierte Ksenia, de 18 años, mientras atiende clientes en un café en la principal calle comercial de la ciudad.
“Uno teme ir a dormir porque aquí de noche pasan cosas terribles”, dice.