El inicio de todo tiene su origen hace más de 30 años, cuando en 1991 se disuelve la Unión Soviética y sus territorios se convierten en repúblicas independientes.
Una posición reforzada de Ucrania con la OTAN implica la pérdida directa de la influencia de Rusia sobre este país. También ocurre al contrario, un triunfo para Rusia es una pequeña derrota para la Unión Europea.
La OTAN, mientras tanto, no ha acogido a Ucrania para ser uno más de los aliados, algo a lo que el país aspira y que desde Moscú no se ve con buenos ojos. En 2014 esta rivalidad va un paso más allá con las protestas en las calles de Kyev de miles de ucranianos proeuropeos en contra del presidente Víctor Yanukóvich, más afín a las ideas del Kremlin. Unos enfrentamientos que acabaron con la huida de Yanukóvich.
En ese momento Vladimir Putin aprovechó para invadir Crimea, en el sur de Ucrania. Una zona estratégica, pues es la salida de Rusia al Mar Negro. Perdido tras la Segunda Guerra Mundial, el objetivo siempre fue recuperarlo. Esta invasión ha generado, desde entonces, protestas y sanciones económicas contra Rusia, además de peticiones para devolver dicho territorio: Putin asegura que nunca lo hará.
Como se ha mencionado anteriormente, también entra en la ecuación la zona del Donbass, Lugansk y Donetsk, dos puntos calientes a los que Putin apunta ahora el foco con esta declaración de reconocimiento de su independencia de Ucrania.
¿Cómo justifica Putin la “operación militar”?
El lunes, Putin ya había pronunciado un discurso televisado en el que anunció que reconocía la independencia de dos áreas de Ucrania controladas por separatistas respaldados por Rusia.
Eso fue visto por lo analistas como el paso previo a la operación militar. De hecho, este mismo miércoles las regiones rebeldes prorrusas en Ucrania pidieron a Putin el envío de tropas.
Entre los razonamientos de Putin contra Ucrania los hay de orden histórico y de seguridad.
El lunes afirmó que Ucrania no tenía antecedentes de ser una nación real y acusó, a las autoridades ucranianas de corrupción.
Poco después del anuncio, Putin firmó una orden para que las tropas realizarían “funciones de mantenimiento de la paz” en ambas regiones rebeldes.
“Permítanme enfatizar una vez más que Ucrania para nosotros no es solo un país vecino. Es una parte integral de nuestra propia historia, cultura, espacio espiritual”, dijo.
Acusó, además, al gobierno de Ucrania de ser un “títere” de EE.UU. y alegó, sin fundamentos, que los ucranianos están siendo “brutalizados” por sus dirigentes y que el país podría obtener armas nucleares y representar una amenaza mayor para Rusia.
Durante el discurso, Putin volvió a repetir los peligros de que Ucrania sea admitida a la OTAN (la organización no tiene ni siquiera en agenda su aceptación y es solo una aspiración de Kiev) y aseguró que si el país se une a la alianza, Rusia estaría en riesgo de un “ataque”.
Putin afirma además, sin pruebas, que existe un “genocidio” de Ucrania contra los rusoparlantes del este del país.
¿Cómo se llegó a esta situación?
Los antecedentes hay que encontrarlos en 2014, cuando Rusia tomó el control de Crimea y apoyó a las fuerzas separatistas en el este de Ucrania.
Los grupos rebeldes crearon repúblicas populares en Donetsk y Luhansk.
El conflicto se ha cobrado hasta ahora unas 14.000 vidas.
El 18 de febrero pasado, el servicio ucraniano de la BBC informó que la artillería pesada y los morteros disparados en la región fueron los más pesados en años.
En su último informe, los monitores internacionales de la Organización para la Seguridad y la Cooperación de Europa informaron de cientos de violaciones del alto al fuego entre el 17 y el 18 de febrero.
Los líderes de las dos áreas disidentes respaldadas por Rusia anunciaron la evacuación de los residentes y dijeron que Ucrania había intensificado los bombardeos y planeaba un ataque.
Denis Pushilin, jefe de la República Popular de Donetsk (DNR), anunció una evacuación en un video supuestamente filmado el viernes. Sin embargo, un análisis de la BBC de los metadatos del video mostró que había sido grabado antes de que estallaran las hostilidades.
En noviembre del año pasado Rusia empezó a desplegar grandes cantidades de tropas en áreas cercanas a la frontera con Ucrania.
Pero el 15 de febrero Putin sugirió que habría una retirada parcial de las fuerzas rusas.
Sin embargo, Ucrania y sus aliados dijeron que no hubo una reducción en el número de tropas rusas en las zonas fronterizas.
“Siempre han desplegado fuerzas de un lado a otro”, dijo el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, un día después del anuncio de Rusia.
“Ha sido un gran (movimiento) hacia arriba y hacia abajo, de ida y vuelta, todo este tiempo; pero la tendencia en las últimas semanas y meses ha sido un aumento constante de las capacidades rusas cerca de las fronteras con Ucrania”.
Fuente: Externa