El presidente de Madagascar, Andry Rajoelina, dispuso este martes la disolución de la Asamblea Nacional, la Cámara Baja del Parlamento, en anticipación a una votación promovida por la oposición para forzar su destitución en medio de una aguda crisis política que sacude el país desde hace casi tres semanas.
En un decreto oficial firmado en la capital y difundido por radio y televisión, Rajoelina invocó el artículo 60 de la Constitución para justificar la medida urgente que entró en vigor de inmediato, antes siquiera de ser publicada en el Diario Oficial. La disolución se produjo mientras diputados opositores intentaban conseguir las firmas necesarias para convocar una sesión extraordinaria y votar una moción de censura contra el mandatario.
La decisión de Rajoelina llega tras confirmar que se ha refugiado en un “lugar seguro” para proteger su vida, luego de que una unidad militar de élite insurreta respaldara las masivas protestas que exigen su salida, protestas que comenzaron por los recurrentes cortes de agua y electricidad y que rápidamente se convirtieron en un grito por el fin de su gobierno.
Desde su cuenta de la red social X, el presidente defendió la disolución como un acto “necesario para restablecer el orden en nuestra nación y fortalecer la democracia”, haciendo un llamado para que “el pueblo sea escuchado una vez más” y dando un espacio especial a la juventud, motor de las movilizaciones.
La crisis política en Madagascar se intensificó cuando parte del ejército, específicamente el Cuerpo de Administración de Personal y Servicios del Ejército de Tierra (CAPSAT), tomó control de las fuerzas armadas, sumándose así a las protestas ciudadanas que han dejado más de veinte muertos. Esta misma unidad militar ya fue protagonista en 2009 de un golpe de Estado que llevó inicialmente a Rajoelina al poder.
El presidente, que cuenta con doble nacionalidad malgache y francesa, huyó el fin de semana hacia la isla de La Reunión, vía un avión militar francés, y se presume que su destino final podría ser Dubái, en un intento de salvaguardar su seguridad ante el agravamiento de la crisis.








