La inseguridad alimentaria en Haití sigue aumentando, impactada por la violencia de las pandillas y el desplazamiento interno, según un nuevo informe del Programa Mundial de Alimentos (PMA). Actualmente, más de la mitad de la población del país caribeño, 5,7 millones de personas, enfrenta niveles graves de inseguridad alimentaria.
La violencia armada ha causado el desplazamiento de 1,3 millones de haitianos que ahora viven en condiciones extremadamente precarias, muchas veces en refugios improvisados como escuelas o edificios públicos, donde enfrentan hacinamiento, falta de agua potable y ausencia de instalaciones sanitarias. Tres de cada cuatro desplazados en estos lugares sufren hambre en niveles de emergencia, de acuerdo con la Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria (IPC).
Las tasas de desnutrición infantil se han duplicado en los últimos dos años, afectando al 14% de los niños menores de cinco años. Además, el conflicto, la inflación y la caída de la producción han empeorado la situación económica y alimentaria del país, afectando especialmente a las regiones del noroeste y oeste.
“El crecimiento de la violencia y el desplazamiento están tensionando un sistema alimentario ya frágil, poniendo en riesgo la vida de millones de haitianos”, expresó Wanja Kaaria, responsable del PMA en Haití. Pese a los esfuerzos de asistencia ampliados para atender a 2,2 millones de personas, la agencia advirtió que la falta de recursos limita la capacidad de respuesta.
No obstante, las operaciones humanitarias han permitido evitar un deterioro aún mayor, logrando que miles de personas desplazadas mejoren su situación alimentaria. Para sostener y ampliar la ayuda, el PMA ha solicitado 139 millones de dólares para los próximos 12 meses, haciendo un llamado urgente a la comunidad internacional para reforzar la asistencia en medio de la crisis.
