Aguas cristalinas, playas idílicas y un ritmo de vida pausado siguen siendo las principales razones por las que cientos de inversionistas extranjeros ponen la mira en el Caribe Oriental.
Sin embargo, en los últimos años, la posibilidad de obtener un segundo pasaporte se ha convertido en un incentivo igual de poderoso.
Países como Antigua y Barbuda, Dominica, Granada, San Cristóbal y Nieves y Santa Lucía ofrecen la llamada ciudadanía por inversión (CBI, por sus siglas en inglés) a quienes compren propiedades con un valor mínimo de US$200,000.
Además del atractivo estilo de vida, este tipo de ciudadanía abre las puertas a más de 150 países sin necesidad de visado, incluyendo destinos clave como el Reino Unido y los países del espacio Schengen.
Este modelo ha transformado la inversión en bienes raíces de la región, combinando el encanto natural con la oportunidad de tener un acceso global privilegiado.
