El expresidente de Panamá, Ricardo Martinelli, dejó la embajada de Nicaragua este domingo y partió rumbo a Colombia, país que le otorgó asilo político.
Martinelli se había refugiado en la sede diplomática nicaragüense en febrero de 2024, después de que la justicia panameña ratificara su condena por lavado de dinero.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá confirmó su salida a través de un comunicado oficial difundido en medios y canales institucionales.
El texto señala que el gobierno del presidente José Raúl Mulino concedió el salvoconducto necesario para que Martinelli saliera del país sin obstáculos.
Aunque Nicaragua le había ofrecido asilo desde hace meses, Panamá no había autorizado su salida hasta marzo pasado.
A pesar del aval, no fue posible entonces concretar su traslado hacia territorio nicaragüense, por razones que no se detallaron públicamente.
Finalmente, el exmandatario dejó la embajada este domingo, luego de que Colombia aceptara recibirlo como asilado político.
Este nuevo destino permitió destrabar el estancamiento diplomático que había generado su permanencia en la sede diplomática.
La cancillería panameña aclaró que su decisión responde al cumplimiento del derecho internacional y de los compromisos bilaterales vigentes.
Por ahora, Martinelli deberá enfrentar su situación legal desde el exterior, lejos de los tribunales panameños y del foco político nacional.
Su condena por blanqueo de capitales continúa firme, aunque su nueva condición podría abrir un capítulo más en este proceso complejo.