Las autoridades israelíes declararon este miércoles una emergencia nacional ante la rápida expansión de incendios forestales que arrasan zonas boscosas situadas a unos 30 kilómetros al oeste de Jerusalén. Las llamas, avivadas por temperaturas extremas y fuertes ráfagas de viento, han obligado a evacuar comunidades enteras, cortar importantes rutas de acceso y movilizar recursos civiles y militares en una operación de gran escala.
Los incendios, que comenzaron en la mañana entre Latrun y Beit Shemesh, han avanzado con una velocidad alarmante a través de la vegetación seca, provocando escenas de caos en las autopistas donde conductores abandonaron sus vehículos ante el avance del humo y el fuego. Una de las principales arterias del país, la autopista que conecta Jerusalén con Tel Aviv, fue cerrada por completo como medida de seguridad.
El ministro de Defensa, Israel Katz, ordenó el despliegue inmediato de tropas del Ejército para apoyar a los cuerpos de bomberos y equipos de rescate. “Estamos ante una emergencia nacional. Todas las fuerzas disponibles deben concentrarse en salvar vidas y contener los incendios”, declaró el funcionario en un comunicado oficial.
Entre las localidades evacuadas se encuentran Mishmar Ayalon, Nachshon, Elad y Mevo Horon. Sus residentes han sido trasladados a refugios temporales en zonas más seguras como Canada Park, Latrun y Neve Shalom. Excursionistas que se encontraban en áreas naturales cercanas también fueron rescatados en operaciones de emergencia.
El jefe del cuerpo de bomberos de Jerusalén advirtió que este siniestro “podría convertirse en el más grande en la historia de Israel”, dadas las condiciones meteorológicas y la velocidad de propagación de las llamas.
Ante la magnitud del desastre, el gobierno israelí ha solicitado ayuda internacional. Según medios locales, ya se han enviado pedidos de apoyo a países como Bulgaria, Chipre, Grecia e Italia, conocidos por su experiencia en el combate de incendios forestales y que podrían aportar aviones cisterna y equipos especializados.