Rusia terminó de emitir pasaportes a los ucranianos que viven en partes del país tomadas por el ejército de Moscú, informaron funcionarios el miércoles, un proceso que Kiev condena como un intento ilegal de borrar la identidad ucraniana de la zona.
Desde el inicio de su ofensiva militar a gran escala en febrero de 2022, Moscú insta a los ucranianos que viven en el sur y este del país a convertirse en ciudadanos rusos.
Quienes se niegan enfrentan restricciones en su movilidad y dificultades para acceder a servicios públicos, como atención médica y educación proporcionados por las autoridades impuestas por Rusia.
Los ucranianos que no obtienen un pasaporte ruso son clasificados como ciudadanos extranjeros.
“El año pasado la ‘pasaportización’ de los residentes de las áreas liberadas de las repúblicas de Lugansk y Donetsk (y las regiones de Jersón y Zaporiyia) se completó prácticamente en su totalidad”, indicó el presidente Vladimir Putin en una reunión con funcionarios del ministerio del Interior en Moscú.
Rusia afirmó en 2022 haber anexado esas cuatro regiones, a pesar de no tener control total sobre ellas.
El ministro del Interior, Vladimir Kolokoltsev, precisó que se habían entregado un total de 3,5 millones de pasaportes.
Incluso antes de su ofensiva a gran escala Rusia ya ofrecía ciudadanía fácil a los residentes de las partes de las regiones ucranianas de Donetsk y Lugansk que estaban bajo el control de los separatistas respaldados por Moscú.
Kiev califica el proceso de “ilegal” y de una “grave violación de la soberanía de Ucrania”.
También es rechazado por los gobiernos occidentales y grupos de derechos humanos, y la Unión Europea no acepta dichos pasaportes como documentos de viaje legítimos.