Washington, Estados Unidos.- El gobierno estadounidense dejó la puerta abierta este martes a un compromiso en la guerra comercial por los aranceles impuestos a Canadá y México, según el secretario de Comercio Howard Lutnick, quien asegura que el presidente Donald Trump “está a la escucha”.
En una entrevista en Fox News, Lutnick afirmó haber hablado por teléfono con mexicanos y canadienses “todo el día”.
“El presidente está a la escucha (…) Así que creo que va a encontrar una solución con ellos. No va a ser una pausa”, añadió, dando a entender que llegará a un punto intermedio.
Un primer gesto de apaciguamiento, después de que Trump amenazara con ir más lejos con las importaciones canadienses si Ottawa aplicaba medidas de represalia.
Las nuevas tarifas aduaneras han aumentado el precio de algunos productos como aguacates, camisetas y coches y afectan a otros como la cerveza o el tequila.
Los productos importados de Canadá y México, socios de Estados Unidos en el acuerdo de libre comercio de América del Norte T-MEC, se ven sometidos a aranceles de 25%, y de 10% para los hidrocarburos canadienses.
En el caso de China, la subida arancelaria es de 20% en comparación con los gravámenes en vigor antes de que Trump regresara al poder en enero. Pekín respondió de inmediato, anunciando que impondrá beneficios suplementarios del 10 y el 15% a varias importaciones alimentarias como la soja, el trigo o el pollo.
Washington reprocha a China su “incapacidad” para “combatir la avalancha de fentanilo”, un opioide sintético que mata a decenas de millas de personas al año en Estados Unidos.
En cuanto a Canadá y México, el magnate republicano quiere presionar a sus vecinos para que aumenten la vigilancia de sus fronteras respecto a la entrada de drogas y de migrantes en situación irregular.
Ambos países tomaron medidas en el último mes, pero las consideran insuficientes.
Según analistas, son los aranceles más altos desde la década de 1940.
Las reacciones no se hicieron esperar.
– El T-MEC se sacudió –
“Hemos decidido responder con medidas arancelarias y no arancelarias”, declaró la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum. Precisó que las anunciará el domingo.
“Lo hemos dicho de diferentes formas, cooperación y coordinación sí, subordinación e intervencionismo no. A México se le respeta”, enfatizó Sheinbaum, cuyo gobierno entregó a Estados Unidos a algunos de los capos de la droga encarcelados más conocidos y desplegó a millas de militares en la frontera en las últimas semanas.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, avisó que su país “responderá” con “gravámenes del 25% sobre 155.000 millones de dólares en bienes estadounidenses”. Varias provincias canadienses ya retiraron de la venta de bebidas alcohólicas estadounidenses.
Trudeau estaba mucho más lejos y pareció que Trump busca socavar “la economía canadiense” para luego “hablar de la anexión” del país.
El líder de Canadá estimó que se trata de una decisión “estúpida” del presidente estadounidense.
– “Todos aterrorizados” –
Los aranceles afectarán a más de 918.000 millones de dólares en importaciones estadounidenses de Canadá y México.
La población se preocupa.
“Estamos todos aterrorizados”, declaró a la AFP Joel Soleski, de 26 años, trabajador del gigante automovilístico Stellantis, quien teme ser despedido.
El fabricante es uno de los más expuestos a estos aranceles, según un informe de Moody’s: el 40% de sus coches vendidos en Estados Unidos (bajo las marcas Ram, Fiat, Dodge o Chrysler) se fabrican en Canadá y México.
En México, en el puerto fronterizo de Otay, decenas de camioneros hacían fila este martes para cruzar a Estados Unidos, algunos con sus vehículos cargados y otros vacíos para recoger mercancía.
“Está bajando el trabajo porque la mayoría, el 50% de las empresas de Tijuana, exportan material chino. Y como los aranceles también son hacia China, baja el trabajo para las compañías (de transporte)”, dijo a la AFP Ángel Cervantes, de 28 años.
“Ahora solamente estamos trayendo madera” desde Estados Unidos, cuenta Jonathan Figueroa, de 26 años.
Los especialistas temen que las medidas de Trump alimenten presiones inflacionarias en Estados Unidos.
Los mercados bursátiles, sobre todo en Estados Unidos, acusan el golpe desde hace días. Wall Street cerró con un fuerte retroceso por segundo día.
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