La administración del presidente Donald Trump ordenó este miércoles la suspensión del controvertido peaje de congestión implementado en la ciudad de Nueva York. Este sistema, lanzado el 5 de enero, cobraba 9 dólares a la mayoría de los vehículos que ingresaban a Manhattan al sur de Central Park con el objetivo de reducir el tráfico y generar fondos para mejorar el transporte público.
A pesar de que los primeros días del peaje mostraron una ligera disminución en el tráfico, el programa recibió fuertes críticas, especialmente por su impacto económico en los conductores y las pequeñas empresas. Además del peaje, los conductores que acceden a Manhattan deben pagar tarifas adicionales por el uso de puentes y túneles, que en horas pico pueden superar los 30 dólares.
El secretario de Transporte, Sean P. Duffy, calificó el programa como una “bofetada a los estadounidenses de clase trabajadora y a los propietarios de pequeñas empresas” y anunció que el gobierno federal revocaría su aprobación. Según Duffy, la agencia trabajará con las autoridades estatales para asegurar una “terminación ordenada” de los peajes.
El peaje de congestión en Manhattan, aunque similar a iniciativas implementadas en ciudades como Londres y Singapur, fue el primer intento de este tipo en Estados Unidos. La medida había generado un intenso debate sobre la viabilidad de estos sistemas en el país.
