En una reciente entrevista en el programa ‘The View’ de la cadena ABC, el fundador de Microsoft, Bill Gates, expresó su preocupación por las decisiones tomadas por el presidente Donald Trump y el empresario Elon Musk respecto a la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Gates alertó sobre las graves consecuencias de bloquear la agencia, subrayando que su fundación trabaja en conjunto con USAID en la distribución de vacunas y programas de nutrición en diversas partes del mundo.
“Mi fundación se asocia con USAID en nutrición y distribución de vacunas, y hay gente increíble allí. En realidad, no son ‘gusanos’ los que trabajan en la agencia. Espero que podamos recuperar parte de ese trabajo, porque de lo contrario podríamos ver millones de muertes”, declaró Gates en el programa televisivo.
Desde el lunes 3 de febrero, empleados de USAID fueron notificados del cierre de la oficina central en Washington, como parte de la estrategia de reducción de la agencia. Esta medida responde a las críticas de Elon Musk, quien recientemente asumió el liderazgo del Departamento de Eficiencia Gubernamental y calificó a USAID como una “bola de gusanos” que debía ser eliminada.
Si bien Gates mencionó que intentará colaborar con Trump en la revisión de estas medidas, dirigió sus críticas hacia Musk, cuestionando su falta de conocimiento sobre la estructura y el impacto de la agencia en las comunidades más vulnerables.
“Elon ha hecho un trabajo innovador en el sector privado, pero cuando empresarios entran al gobierno, a veces no toman el tiempo necesario para entender el trabajo que se realiza y por qué está estructurado de esa manera. Estoy particularmente preocupado con este asunto de USAID”, expresó Gates.
USAID, fundada en 1961 durante la presidencia de John F. Kennedy, ha sido una de las principales agencias de ayuda humanitaria en el mundo. Sus programas han permitido responder a crisis alimentarias, fortalecer sistemas de salud y mejorar la educación en países en desarrollo. Su presupuesto anual asciende a 42.800 millones de dólares, lo que representa menos del 1% del presupuesto federal de Estados Unidos. Según Gates, su eliminación podría tener efectos devastadores en millones de personas que dependen de sus programas.