El gobierno brasileño, liderado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, expresó su indignación por las condiciones inhumanas en las que 88 ciudadanos brasileños fueron deportados desde Estados Unidos el pasado viernes. Los migrantes, esposados durante todo el vuelo, llegaron a Manaos en un avión que posteriormente presentó fallos en el aire acondicionado, lo que desató un motín entre los pasajeros.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil informó que se solicitarán explicaciones formales al gobierno de Estados Unidos por lo que calificó como un trato degradante y violatorio de los derechos humanos. En un comunicado oficial,destacó que estas acciones contravienen el acuerdo bilateral que garantiza el trato digno y respetuoso hacia los repatriados.
El ministro de Justicia y Seguridad Pública, Ricardo Lewandowski, calificó el uso de esposas durante el vuelo como una “falta de respeto a los derechos fundamentales de los ciudadanos brasileños”. En respuesta, el gobierno brasileño movilizó un avión de la Fuerza Aérea Nacional para trasladar a los deportados desde Manaos hasta Belo Horizonte, donde fueron recibidos por la ministra de Derechos Humanos, Macaé Evaristo.
Uno de los migrantes deportados describió las condiciones como “inhumanas”, afirmando que pasó cerca de 50 horas esposado, con acceso limitado a alimentos y sin posibilidad de aseo personal durante cinco días. “Ni siquiera un perro merecía ser tratado así”, denunció.
La ministra Evaristo, en un mensaje difundido en sus redes sociales, reiteró que “los países pueden implementar políticas migratorias, pero estas no deben violar los derechos humanos de las personas”.
Brasil enfrenta su primera crisis diplomática con el gobierno de Donald Trump en el marco de esta situación, sumándose a tensiones previas reportadas por Colombia y México debido a políticas de deportación. Ante este panorama, Lula da Silva ha convocado una reunión de emergencia para decidir su participación en la cumbre extraordinaria de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), prevista para este miércoles, donde se abordará la creciente preocupación regional por el trato a los migrantes.
