En un trágico incidente ocurrido en Indianápolis, Estados Unidos, Jeremy McBride, de 36 años, fue arrestado tras atacar brutalmente a su exesposa embarazada, Kayla Netherland, de 34 años, bajo la sospecha de que el hijo que esperaba no era suyo. El ataque dejó graves consecuencias para Netherland, quien perdió a su bebé, un ovario y una trompa de Falopio debido a las heridas.
El hecho ocurrió el pasado 19 de enero en una residencia en la cuadra 700 de Pleasant Run Parkway Drive North. Una vecina encontró a Netherland tendida en el suelo con heridas de bala en la espalda y alertó a las autoridades. La víctima, quien estaba en su semana 20 de embarazo, fue trasladada de emergencia al hospital, donde los médicos confirmaron que el bebé no sobrevivió.
McBride, quien huyó de la escena antes de la llegada de los oficiales, llamó al 911 minutos después para confesar el ataque. Según documentos judiciales, había planeado el crimen días antes y hasta practicó con el arma en un campo de tiro. El acusado admitió que, tras dispararle a Netherland, tenía la intención de quitarse la vida.
“El acusado reconoció sus intenciones y sabía del embarazo, lo que motivó sus acciones”, declaró el fiscal del condado de Marion, Ryan Mears.
Tras varias cirugías, la familia de Netherland confirmó que la mujer logró sobrevivir al ataque y no quedó paralizada. Sin embargo, enfrenta una dolorosa recuperación física y emocional tras perder al bebé que había sido calificado como un milagro, debido a su historial de múltiples embarazos fallidos.
McBride, quien enfrenta cargos por intento de asesinato y feticidio, deberá presentarse en el tribunal este viernes 24 de enero para su audiencia inicial.
