Lo que una vez fue una mansión olvidada de 126 habitaciones, ubicada en un impresionante lote de 20 acres frente al mar, es hoy una de las propiedades más exclusivas y lucrativas de los Estados Unidos. Mar-a-Lago, conocida como la “Casa Blanca de Invierno” de Donald Trump, ha pasado de ser una inversión dudosa a convertirse en un club privado que genera aproximadamente 40 millones de dólares al año.
Construida en 1927 por la magnate Marjorie Merriweather Post con un costo estimado de 7 millones de dólares (equivalente a cerca de 100 millones en la actualidad), la imponente propiedad de 62,400 pies cuadrados incluye piscinas, canchas de tenis, un spa, y lujosos espacios de entretenimiento. Sin embargo, en 1985, la mansión parecía destinada al olvido, hasta que Donald Trump la adquirió por el sorprendente precio de 7 millones de dólares.
Durante años, Mar-a-Lago generó pérdidas significativas, pero Trump tuvo la idea transformar la propiedad en un exclusivo club privado. Desde entonces, la membresía, que tiene un costo inicial de 200,000 dólares más una cuota anual, otorga acceso a un estilo de vida inigualable. Los socios pueden disfrutar de amenidades como un club de playa privado, una piscina de agua salada de 33 metros, servicios de spa, gastronomía gourmet, alojamiento exclusivo, y eventos privados en compañía de celebridades, líderes políticos y figuras influyentes.
La residencia privada dentro del club cuenta con 33 baños y 12 habitaciones, mientras que el resto de la propiedad ofrece espacios para los socios, incluyendo salas privadas y áreas para reuniones sociales y de negocios. Este modelo ha permitido que Mar-a-Lago se consolide como un símbolo de lujo y exclusividad, atrayendo a una clientela que busca más que solo un lugar para relajarse, sino una experiencia única.
