La histórica jornada de investidura de Donald Trump culminó con el emblemático primer baile presidencial, una tradición que se remonta a 1809. El expresidente estuvo acompañado por su esposa y primera dama, Melania Trump, en una noche de gala celebrada en el Centro de Convenciones Walter E. Washington este lunes 20 de enero.
En total, la pareja presidencial participó en tres bailes oficiales. “Necesitábamos tres porque tenemos mucho apoyo”, expresó Trump durante el Liberty Ball, el más destacado de la velada. La noche comenzó con el Baile del Comandante, dedicado a los miembros de las Fuerzas Armadas, donde los Trump bailaron al ritmo de “Battle Hymn of the Republic”, también conocido como “Glory, Glory, Hallelujah”. La interpretación estuvo a cargo de la banda de country Rascal Flatts y el cantante Parker McCollum.
El vicepresidente JD Vance y su esposa, Usha, también se unieron al escenario junto con los hijos de Trump. La pareja presidencial destacó por sus atuendos a juego: Melania optó por un vestido blanco con escote palabra de honor y detalles en negro, diseñado por Hervé Pierre, mientras que Trump lució un clásico esmoquin negro.
Uno de los momentos más comentados de la noche fue el ‘no beso’ entre Donald y Melania Trump. Aunque la pareja se mostró sonriente y cercana durante el baile, no intercambiaron un beso público. No obstante, Trump dedicó un emotivo mensaje a su esposa, expresando su gratitud hacia “la fantástica primera dama, Melania”.
Para cerrar la celebración, Trump y Vance realizaron el simbólico corte de una tarta con forma de avión, mientras sonaba la icónica “Y.M.C.A” de los Village People. La velada también contó con la participación musical del rapero Nelly, Jason Aldean y Gavin DeGraw, quien puso el broche final en el Starlight Ball.
La ceremonia de investidura de Trump marca el inicio de un nuevo período político en Estados Unidos, con una celebración que combinó tradición, simbolismo y espectáculo.