El puzle de la dolarización en Cuba: “Aquí es money-money y el cubano no tiene eso”

El puzle de la dolarización en Cuba: “Aquí es money-money y el cubano no tiene eso”

La Habana, 19 ene (EFE).- A falta de cambio en centavos de dólar estadounidense, la cajera le devuelve a un cubano con el carrito lleno de productos –desde un panettone hasta una bolsa de coliflor– unos caramelitos, mientras de fondo suena, a todo volumen, ‘La vida es un carnaval’, de Celia Cruz.

La escena es tan solo un vistazo dentro de un supermercado que, desde su apertura en diciembre, ha estado en boca de todos los habaneros. A diferencia del resto, se trata del primero que sólo acepta dólares en efectivo y tarjetas internacionales.

Es el ejemplo más claro de la nueva apuesta del Gobierno cubano de acelerar la dolarización del país. La medida ha levantado ampollas en una sociedad en la que cada día son más palpables las diferencias sociales –entre quienes tienen y no tienen acceso a una moneda cuya tenencia llegó a ser motivo de cárcel– y generado críticas de economistas independientes, quienes creen que se trata de una solución paliativa.

Pero más allá de cualquier análisis de macroeconomía, a un lado de las escalinatas que dan hacia la entrada del flamante supermercado, Linda Levy se queja con EFE de lo difícil que ha sido comprar en el lugar.

“No se puede pagar con Visa, no se puede pagar con euro. Solo con dólar. Es una tienda americana. Aquí es money-money y el cubano no tiene eso”, se queja tras viajar dos horas desde su natal Cárdenas (provincia de Matanzas) para visitar el lugar que vio “en todas las redes sociales”.

No es mentira que el supermercado, enclavado junto a un hotel cinco estrellas, llama la atención. Como tampoco lo es que su apertura –que se hizo sin ningún anuncio– ha generado malestar incluso en la prensa estatal cubana, con inusuales artículos críticos en sus páginas.

Pero el local no es el único ejemplo de la dolarización cubana, un esfuerzo que las autoridades consideran vital para captar las divisas para comprar en el exterior, empezando por el crudo y los alimentos, porque la isla importa el 80 % de lo que precisa.

La labor se ha vuelto cada vez más complicada para el Estado y ha ido perdiendo el pulso con el mercado informal, en el que, según cifras oficiales, se mueven unos 2.000 millones de dólares. Los ejemplos van desde las tiendas para turistas hasta gasolineras en dólares o importaciones de empresas privadas.

El país se encuentra en una grave crisis desde hace más de cuatro años, con escasez de básicos y elevada inflación, y ésta es una de las medidas del Gobierno para tratar de corregir las múltiples distorsiones de la economía, de la falta de productividad a los múltiples tipos de cambio y el abultado déficit fiscal.

Dolarizar para desdolarizar

Pese a que el Gobierno ha argumentado que el fin, a la larga, es desdolarizar una vez que se haya logrado mantener buena parte del flujo de divisas en el sistema bancario cubano, los expertos consultados por EFE lo ponen en duda.

“El problema es que una vez que tú abres la caja de Pandora [de la dolarización], la mayoría de los mercados y los sectores económicos van a querer engancharse ahí, porque esa va a ser la parte más dinámica de la economía, con menos restricciones, más conectada a los mercados internacionales, con una moneda mucho más estable…”, explica en una entrevista con EFE el economista cubano Pavel Vidal.

La relación del Gobierno cubano con el dólar ha sido, por lo menos, conflictiva.

Tras su despenalización en los noventa, se introdujo una moneda equiparable al billete verde, el CUC, para dar paso décadas después, en 2020, a una virtual (conocida como MLC), también equiparada con el dólar, para ahora pasar a volver a aceptar dólares en efectivo en distintos sectores.

De hecho, justo frente al supermercado se erige una tienda en MLC. A diferencia del nuevo supermercado, éste tiene poca iluminación y sus estantes están prácticamente vacíos. Las tarjetas con ese tipo de moneda virtual, pese a estar vinculada al dólar, no son aceptadas en el nuevo local. Como tampoco lo son en los nuevos sectores que han pasado a la dolarización.

Para Tamarys Bahamonde, economista y doctora en Políticas Públicas, el Estado cubano está cometiendo los mismos errores. Y asegura a EFE que la dolarización, además de no ser original, no trata el problema de raíz: el sistema económico en Cuba.

“Se está siguiendo el mismo modelo, el mismo libro que la década de los noventa en un contexto totalmente diferente y en un mundo totalmente diferente. No se pueden esperar los mismos resultados, porque la Cuba de los noventa no es la Cuba de los 2020”, afirma.